Considerada como "el mejor destino turístico del mundo" según el editor mundial de guías de turismo Lonely Planet, Croacia es un impresionante país donde se funden a la perfección la naturaleza con el arte. Hoy es un estado independiente después de que se desintegrara la antigua Yugoslavia, un mosaico complejísimo de pueblos, etnias y religiones muy diversas de difícil convivencia: Croacia (católicos), Serbia (cristianos ortodoxos), Montenegro (cristianos ortodoxos), Eslovania (católicos) y Bosnia Herzegovina (musulmanes).
Dubrovnik presenta orígenes grecolatinos y eslavos, siendo una pujante ciudad en época medieval y renacentista. Durante siglos fue una especie de ciudad-estado, lo cual no fue óbice para que sufriera continuas invasiones y ataques de diversos pueblos, provenientes tanto de oriente como de occidente. Dubrovnik como el resto de Croacia y buena parte del Adriático, estuvo bajo el influjo de la República de Venecia, por eso la influencia veneciana es omnipresente. Es lo que el profesor francés Paul Fattal denomina como "el perfume de Venecia": es particularmente evidente en la arquitectura con los vanos típicamente venecianos, la presencia de los leones alados, símbolos de San Marcos y de la propia Venecia...
Dubrovnik abunda en ejemplos de arquitectura medieval, renacentista y barroca. Así por ejemplo, de la etapa medieval destacan los conventos de los Dominicos y los Franciscanos. Ambos edificios sufrieron bastantes destrozos en la Guerra de los Balcanes de los años 90.
El Convento de los Franciscanos cuenta con una farmacia considerada una de las más antiguas de Europa (siglo XIV).
Los destrozos de la guerra de los Balcanes son bien patentes en este convento:
Aquí podemos ver la huella de un misil que cayó en este convento el 6 de diciembre de 1991:
La influencia veneciana es palpable en muchos edificios como en el Palacio Sponza, de estilo gótico-renacentista en el siglo XVI. Hoy es el archivo histórico de la ciudad.
Hay numerosas fuentes por toda la ciudad -el agua sale fresquita y buenísima-, como la fuente renacentista de Onofre, cuya cúpula fue destruida durante el asedio a esta ciudad en la última guerra. La iglesia del fondo presenta una tipología muy habitual en Venecia, me recuerda a las iglesias de una única nave venecianas, como la iglesia de Santa María de los Milagros de la ciudad véneta.
Otra fuente de la ciudad, en pleno casco histórico, infestada de palomas, que por cierto, tanto daño hacen al patriomio artístico, en concreto a la arquitectura. Al fondo a la izquierda, un detalle de una portada manierista con las columnas tipicamente serlianas.
La iglesia barroca de San Blas, dedicada al santo fundador de la ciudad y figura muy habitual en el arte de Dubrovnik.
La iglesia de San Ignacio, responde a la tipología de iglesias jesuíticas barrocas. Se alza sobre la ciudad, en la parte alta de la misma. Fue realizada por Andrea Pozzo, el mismo arquitecto que intervino en la iglesia de San Ignacio de Roma. En su interior se conservan espléndidos frescos barrocos realizados por el pintor siciliano Gaetano García.
Como vemos, los edificios son mayoritariamente de piedra, material muy abundante en Croacia.
Frente a la ciudad de Dubrovnik podemos hallar la isla de Lokrum, que perteneció al emperador Maximiliano de Austria que construyó allí un palacio. También se conserva un monasterio benedictino y un jardín botánico.
En Croacia al parecer no rige la ley de costas y podemos encontrar hoteles, restaurantes, etc. en primera línea de playa.