Marre Moerel. Abajo, Hígado gold dish.- JOSÉ L. SANTALLA 
Las fuentes de inspiración de los artistas y diseñadores no deja de sorprenderme. ¿El último caso? La prestigiosa diseñadora holandesa afincada en Madrid, Marre Moerel, que apuesta en sus últimos diseños cerámicas por la inspiración en la casquería que identifica como rasgo específico de la cultura española. Reproduzco integramente un artículo aparecido en El País sobre esta diseñadora:
REPORTAJE: Diseño
Entresijos para reinventar la cerámica
La holandesa Marre Moerel se inspira para sus piezas en la casquería, que identifica con la cultura española
ANATXU ZABALBEASCOA - Madrid - 04/05/2011             
Durante el movimiento punk de finales de los setenta, todavía  menor de edad, Marre Moerel (Breda, Holanda, 1966) fue una joven  contestataria en las calles de Londres. Allí descubrió que bajo las  crestas, las casas seguían siendo victorianas y las tapicerías, de  cretona. Le fascinó esa paradoja. Y decidió indagar en ella. Tras  estudiar escultura y diseño y tras vivir en varios países, hoy, asentada  en Madrid, sigue haciendo lo mismo.
Moerel rebusca entre las paradojas que encierran las culturas. Y las  profesiones. Empezando por la suya propia: "A día de hoy no sé si hago  escultura o diseño. Y me gusta no saberlo". Comenzó estudiando  escultura, pero después quiso graduarse en diseño en el Royal College of  Art de Londres. Le gusta que sus trabajos sean útiles, pero también se  esfuerza porque la función principal sea la emocional. "Se supone que la  utilidad distingue la arquitectura del diseño. Pero yo lo cuestiono: no  creo que en muchos trabajos exista un límite claro entre lo que es  funcionalidad y lo que es expresión. Y pienso, además, que esa  ambigüedad retrata nuestra época", cuenta en su estudio de la calle de  la Luna de Madrid.
La escultura o el diseño de Moerel indagan en  los utensilios y las ceremonias que rodean a la gente: las costumbres.  "Investigo lo que no entiendo", apunta. Cree que a la gente la definen  dos cosas: sus casas y sus preocupaciones. Y, centrándose en ella misma,  cuenta que "en Holanda manda el minimalismo. Los holandeses somos  preguntones y sarcásticos. Partimos de cero. Tratamos de mejorar y eso  nos lleva a cuestionar, a atrevernos a cambiar". Una tradición  holandesa, apunta, podría ser el cambio.
Cuando Moerel vivió en  Nueva York le intrigó que en un país en el que la sanidad pública no  existía, la gente estuviera obsesionada con la cirugía estética. Y se  puso a trabajar. ¿Cómo transforma esas observaciones en piezas de diseño  escultórico? "Siempre he buscado lo bonito en la basura o lo positivo  en lo negativo. A veces lo hago trabajando con materiales pobres y  fabricando con ellos un mueble brillante. Creo que entonces, más allá de  la función del mueble, el usuario pensará en las contradicciones de la  vida", y eso, las contradicciones son la materia prima de su trabajo.
Sus  piezas son casi únicas, cada una se termina artesanalmente, y desde  cada una el mensaje es una llamada de atención. Imposible no reparar en  los nuevos hígados de vaca convertidos en jarrones dorados, en los  intestinos transformados en jarrón cerámico o en los testículos de toro  que sirvieron de molde para un salero. ¿De dónde nace la obsesión con la  casquería?
Moerel llegó a España hace 10 años. Tras los atentados  del 11-S. "Acababa de tener un hijo y me asusté. Decidí regresar a  Europa, y España era territorio por explorar". Asegura que de la cultura  y el carácter español lo que más la ha obsesionado son las vísceras.  "Mis últimos trabajos son tapones, jarrones o saleros hechos con moldes  extraídos de riñones, intestinos u otras vísceras que compro en la  carnicería". Esa es, para esta diseñadora, la parte más intrigante de la  cultura española. De la carnicería a la galería, Marre Moerel  transforma la casquería en piezas únicas de diseño.

 
