El Capricho de Gaudí en Comillas
La villa cántabra de Comillas, antiguo pueblo de pescadores, fue hasta el siglo XVIII uno de los principales puertos balleneros de España.
En el siglo XIX Comillas se transformó radicalmente gracias al descubrimiento del mineral de zinc, en las proximidades de esta localidad, así como por la impronta que dejaron en la vida económica, cultural y social de esta villa sus indianos. Recordemos que los indianos eran los españoles que emigraron a América buscando hacer fortuna y volvían, por lo general, enriquecidos.
El más célebre de todos fue el emprendedor comillano Antonio López y López (1817-1883), ennoblecido por su amigo el rey Alfonso XII con el titulo de marqués de Comillas. Amasó una ingente fortuna fruto de sus múltiples negocios en Cuba y Filipinas.
La arquitectura indiana, muy habitual en el norte de España, se caracteriza por hacer hincapié en la riqueza y suntuosidad, con una cierta pretenciosidad de nouveau riche. No suele faltar en los jardines de las casas indianas alguna palmera.
El marqués de Comillas mandó construir un soberbio y suntuoso palacio neogótico llamado Sobrellano, construido entre 1882 y 1888 colindante con una capilla/panteón realizada por el maestro de Gaudí, el arquitecto historicista catalán Joan Martorell. Esta capilla cuenta con muebles diseñados por Gaudí.
Y también en Comillas, el marqués patrocinó la Universidad Pontificia, dirigida por la Compañía de Jesús. Es un paradigmático edificio historicista fin de siglo con referencias, también, al Modernismo. Fue proyectada por Joan Martorell y decorada por Domènech i Montaner. Hoy es el Centro Universitario CIESE-Comillas.
La Universidad de Comillas
Hoy en día, Comillas, gracias a la espectacularidad de sus playas, paisajes y arquitectura, junto a su clima y gastronomía, se ha convertido en uno de los enclaves turísticos más apreciados del norte español, especialmente en verano.
Uno de los monumentos más emblemáticos de Comillas es la Villa Quijano, más conocida popularmente como el Capricho.
El Capricho es, sin duda, una de las construcciones más conocidas y singulares de Antonio Gaudí. Fue una de sus primeras obras, la inició en 1883, en paralelo a la Casa Vicens de Barcelona con la que guarda ciertas concomitancias. La diseñó desde Barcelona. La supervisión de las obras corrió a cargo del arquitecto Cristóbal Cascante.
Fue terminada en 1885 y restaurada en 1988.
El comitente fue un adinerado abogado indiano, Máximo Díaz de Quijano, concuñado del marqués de Comillas. Aficionado a la música y la botánica, quiso tener en su localidad natal una villa de recreo que fuera una especie de retrato arquitectónico de sus gustos y de su personalidad. Así, la denominación del Capricho vendría dada por su similitud con ese género musical dada su fantasía y originalidad.
Los jardines del Capricho presentan forma de herradura para permitir la circulación de los carruajes.
Gaudí concibió la casa en función del sol: ubicó las habitaciones privadas al sur (dormitorio principal e invernadero), para así proteger la vivienda de los vientos húmedos y fríos del norte.
Las ventanas, de diseño muy vertical, son de doble hoja y de guillotina.
Las vidrieras fusionan la inspiración naturalista con la música: una libélula tocando la guitarra y un gorrión, el órgano.
Los techos son de artesonado de inspiración mudéjar.
Las chimeneas muestran decoración de azulejos modernistas y florales. Combinan tres materiales que apasionaban a Gaudí: cerámica, madera y hierro forjado.
Una de las genialidades de esta vivienda son los bancos-barandillas de hierro forjado.
Aparte del Capricho, se atribuye a Gaudí el diseño de la llamada Puerta de los Pájaros (aunque lo realizó el arquitecto Bardier basándose en él). Es la entrada a la villa de Moro de Comillas (c.1905). Presenta tres vanos: el mayor para coches, el mediano para personas y el pequeño para los pájaros.
Bibliografía
VVAA (2019). Villa Quijano. El Capricho. Barcelona: Dosde.
Fotografías: Ana Galván, exceptuando aquellas que indiquen otra fuente documental.