Claro de luna, Munch, 1895 |
Saludos,
Con frecuencia cuando analizamos el Expresionismo, subrayamos el lado más angustioso y dramático de la condición humana, tal y como encontramos en los principales artistas que se adscriben a esta corriente pictórica.
Es el caso de su precedente, el genial Goya con sus Pinturas Negras o sus máximos representantes: el pintor noruego Edvard Munch, el belga James Ensor o los expresionistas alemanes del Grupo El Puente o el Jinete Azul. Y en el caso español, las obras de Nonell o Gutierrez Solana.
Pinturas negras, Goya (1819-23)
La muerte y la máscara, James Ensor, 1897 |
Autorretrato como soldado, Kirchner, 1905, Grupo El Puente
Pero no debemos olvidar que el Expresionismo presenta una vertiente más lúdica y fruitiva, más alegre y hedonista, rastreable incluso en los autores antes reseñados.
El propio Munch, que es mucho más que el Grito, así lo atestigua. De hecho, en el año 2010 se celebró una exposición en París llamada "E. Munch o el anti-grito", dando a conocer buena parte de su producción pictórica que tradicionalmente ha estado ensombrecida por el éxito incontestable de ese icono cultural que es su obra más famosa.
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De todas formas, es en el Expresionismo francés, denominado Fauvismo (Matisse, Derain,
Vlaminck, Jawlensky o
Dufy) donde más patente se hace esa visión colorista de la vida.
Alegria de vivir, Matisse, 1905-6
EL COMENTARIO COMPLETO SOBRE EL GRITO DE MUNCH, PINCHANDO AQUÍ