Descripción del blog


Este blog educativo está dedicado a la Historia del Arte en general, y a la Historia de las Artes Decorativas y el Diseño en particular. Apuntes de Fundamentos del Arte I y II. Resúmenes de Historia de la Indumentaria. Cine en el Arte, Arte en el Cine. Todos los textos han sido escritos por la autora del blog, Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes. Todas las imágenes contenidas en esta web tienen exclusivamente una intencionalidad didáctica. Si alguna imagen empleada vulnera derechos de autor, puede solicitar la retirada del material que considere de su propiedad intelectual. El contenido de mis artículos puede ser descargado libremente, pero por favor, cite la procedencia. Imagen que encabeza el blog: Un Bar aux Folies Bergère, Édouard Manet, c. 1882. Courtauld Institut, Londres. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons. Public Domain

jueves, 27 de octubre de 2016

ACTIVIDAD SOBRE LA CIVILIZACIÓN DE LA ANTIGUA GRECIA



Santuario de Delfos, Grecia. Fuente de la imagen: Wikipedia, Public Domain

ACTIVIDAD GRECIA. COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS DE TEXTO.

Lee detenidamente este texto. Subraya el vocabulario que no entiendas y busca su significado en un diccionario. A continuación responde al cuestionario sobre este documento.


 DOS PEQUEÑAS CIUDADES EN UN PEQUEÑO PAÍS
  

    (...) Grecia era una pequeña península con unas pocas ciudades también pequeñas de comerciantes, con grandes montañas y campos pedregosos que sólo podían alimentar a un número reducido de personas. A todo ello se sumaba el hecho de que la población, según recuerdas, pertenecía a distintas tribus, sobre todo a las de los dorios, en el sur, y los jonios y eolios, en el norte. Estas tribus no eran muy diferentes entre sí en lengua y aspecto, simplemente hablaban en varios dialectos que podían entender si querían. Pero a menudo no lo deseaban. Como tantas veces suele ocurrir, aquellas tribus vecinas tan próximamente emparentadas no podían soportarse mutuamente. Se burlaban unas de otras y, en realidad, se tenían celos. Lo cierto es que Grecia no había conocido un rey ni una administración comunes, sino que cada ciudad era un reino por sí misma.

    Había sin embargo algo que unía a los griegos: su religión común y sus deportes, también comunes. Curiosamente, no se trataba de dos asuntos dispares, sino que el deporte y la religión estaban estrechamente ligados. Cada cuatro años, por ejemplo, se celebraban en honor de Zeus, el padre de los dioses, grandes competiciones en su santuario. Este santuario se llamaba Olimpia; había en él grandes templos y también un campo de deportes, y allí acudían todos los griegos, dorios y jonios, espartanos y atenienses, para demostrar su fuerza corriendo a pie y arrojando discos, lanzando la jabalina, practicando el pugilato y compitiendo en carreras con carros. Vencer en Olimpia se consideraba el máximo honor que podía alcanzar una persona en su vida. El premio consistía en una sencilla rama de olivo, pero los triunfadores eran festejados maravillosamente: los mayores poetas cantaban sus combates con magníficos cantos y los máximos escultores modelaban sus estatuas para Olimpia, estatuas en las que se les veía como conductores de carros o lanzando el disco o, también, untándose el cuerpo con aceite antes de la lucha. Estas estatuas de vencedores existen todavía hoy y es posible que hayas visto alguna en el museo de la ciudad donde resides.

    Como los juegos olímpicos, que se celebraban cada cuatro años, eran visitados por todos los griegos, constituían un cómodo medio de contar el tiempo para todo el país en conjunto. Esta práctica se generalizó progresivamente; de la misma manera que hoy decimos «después del nacimiento de Cristo», los griegos decían «en la olimpiada número tal». La primera olimpiada fue el 776 a. C. ¿Cuándo fue la décima? ¡No olvides que sólo tenían lugar cada cuatro años!

    Pero los juegos olímpicos no eran el único elemento común entre los griegos. El segundo era otro santuario, el del dios del Sol, Apolo, en Delfos. Se trataba de algo extraordinariamente peculiar. Allí, en Delfos, había en la tierra una hendidura de la que salía vapor, como suele ocurrir en las zonas volcánicas. Quien lo aspiraba se sentía obnubilado en el verdadero sentido del término, es decir, que el vapor lo sumía en una confusión tan grande que le hacía pronunciar palabras incoherentes, como si estuviera borracho o con fiebre.    Ese hablar aparentemente sin sentido les parecía sumamente misterioso a los griegos, que pensaban: el propio dios está hablando por la boca de un ser humano. Así pues, colocaban a una sacerdotisa—llamada Pitonisa—sobre un asiento de tres patas encima de la grieta, y los demás sacerdotes interpretaban sus palabras, balbuceadas por ella en trance. De ese modo se predecía el futuro. Era el oráculo de Delfos, y los griegos de todas las regiones peregrinaban allí en cualquier circunstancia difícil de la vida para consultar a Apolo. A menudo, la respuesta no era nada fácil de entender y se podía interpretar de diversas maneras. (...)

    Nos fijaremos ahora en dos de las ciudades griegas, las dos más importantes: Esparta y Atenas. Ya hemos oído hablar de los espartanos. Sabemos que eran dorios que sometieron a los habitantes del país y, tras invadirlo en torno al año 1100 a. C., los hicieron trabajar en los campos. Pero aquellos siervos eran más numerosos que sus señores, los espartanos. Así pues, éstos tenían que estar siempre atentos para no ser expulsados de nuevo de allí. Tampoco podían pensar en nada más que en ser fuertes y belicosos, a fin de reprimir a los siervos y a los pueblos vecinos que seguían siendo libres.    En realidad no pensaban en otra cosa. Su legislador Licurgo se había preocupado de que fuera así. Cuando venía al mundo un niño espartano de apariencia débil e inútil para la guerra, se le mataba lo antes posible. Pero, quien fuera fuerte, debía fortalecerse todavía más y para ello tenía que ejercitarse de la mañana a la noche y aprender a soportar dolores, hambre y frío; comía mal y no debía permitirse ningún placer. A veces se golpeaba a los muchachos sin motivo, sólo para que se acostumbraran a aguantar el dolor. Esta clase de educación se sigue llamando todavía hoy «espartana». Y, como sabes, tuvo éxito. En las Termopilas, el año 480 a. C., todos los espartanos se dejaron masacrar por los persas según ordenaba su ley. Poder morir así no es ninguna nimiedad. Pero poder vivir es, quizá, todavía más difícil. De eso se preocuparon los atenienses. Su propósito no era llevar una vida grata, sino una vida con sentido. Una vida de la que quedara algo tras la muerte para quienes vinieran después. Verás cómo lo consiguieron.    Los espartanos, en realidad, habían llegado a ser tan guerreros y valerosos por puro miedo. Por miedo a sus propios siervos. En Atenas había muchos menos motivos para el temor. Allí todo era distinto. No existía aquella presión. También en Atenas había imperado en otros tiempos la nobleza, como en Esparta. También había habido allí leyes rigurosas escritas por un ateniense llamado Dracón. Eran tan rigurosas y duras que actualmente se sigue hablando de dureza draconiana. Pero la población ateniense, que había llegado lejos a bordo de sus naves y había visto y oído de todo, no aceptó aquello durante mucho tiempo.

    Un miembro de la propia nobleza fue tan sabio como para intentar implantar un orden nuevo en aquel pequeño Estado. Aquel noble se llamaba Solón; y la Constitución que dio a Atenas en el 594 a. C., es decir, en tiempos de Nabucodonosor, se llamó solónica. Según ella, el pueblo, los ciudadanos atenienses, debían decidir siempre por sí mismos qué hacer. Tenían que reunirse en la plaza del mercado de Atenas y emitir allí sus votos. Las decisiones serían las de la mayoría, que debía elegir además un consejo de hombres experimentados que las pusieran en práctica. Ese tipo de Constitución se llamó gobierno del pueblo; en griego, democracia. Es cierto que no todos los habitantes de Atenas formaban parte de los ciudadanos con derecho a votar en la asamblea. Había diferencias según la fortuna de cada cual. Por tanto, muchos habitantes de Atenas no participaban en el poder. Pero cualquiera podía llegar a hacerlo. Así pues, todos se interesaban por los asuntos de la ciudad. Ciudad se dice en griego polis, y los asuntos de la ciudad eran la política.

    Durante un tiempo, no obstante, algunos nobles que se habían ganado el afecto del pueblo se hicieron con el poder. Esos gobernantes individuales se llamaron tiranos. Pero el pueblo los expulsó pronto; y a partir de entonces se procuró aún más que gobernara realmente el propio pueblo. Ya te he contado lo inquietos que eran los atenienses. Movidos por el miedo a llegar a perder por segunda vez su libertad, expulsaban de la ciudad y desterraban a todos los políticos de quienes temieran que podían contar con demasiados seguidores y convertirse así en soberanos individuales. El mismo pueblo libre ateniense que venció a los persas fue el que, luego, trató con tanta ingratitud a Milcíades y Temístocles.

    Hubo sin embargo alguien con quien no se portó así. Se trataba de un político llamado Pericles. Sabía hablar en las asambleas de tal manera que los atenienses siguieron creyendo siempre que eran ellos quienes decidían y determinaban qué debía hacerse, cuando, en realidad, hacía ya tiempo que Pericles había tomado una decisión. No porque ocupara algún cargo desconocido hasta entonces o poseyera un poder especial, sino sólo por ser el más habilidoso. De ese modo se abrió paso hacia lo más alto, y a partir del año 444 a. C.—número tan hermoso como el periodo que designa—dirigió propiamente la ciudad en solitario. Lo más importante para él era que Atenas siguiera siendo una potencia marítima, lo que consiguió mediante alianzas con otras ciudades jónicas, obligadas a pagar impuestos a Atenas a cambio de la protección garantizada por esta poderosa ciudad. Así, los atenienses se enriquecieron y pudieron comenzar a llevar a cabo también grandes cosas gracias a su talento.

    Seguro que al llegar aquí te impacientarás y dirás: pero bueno, ¿cuáles fueron esas maravillas realizadas por los atenienses? A lo que tendré que responderte: en realidad, todo tipo de cosas; aunque se interesaron en particular por dos: la verdad y la belleza.

    En sus asambleas, los atenienses habían aprendido a hablar en público sobre cualquier asunto y a tomar postura con argumentos y réplicas. Aquello era bueno para aprender a pensar. Al cabo de poco tiempo no se limitaron a buscar esa clase de argumentos y réplicas sólo para cosas tan obvias como si era necesario aumentar los impuestos, sino que se interesaron por toda la naturaleza. En ello les habían precedido, en parte, los jonios de las colonias, o ciudades de cultivadores. Los jonios habían reflexionado para saber de qué esta hecho el mundo y cuale s la causa de todo cuanto sucede y acontece.

    Esta reflexión se llama filosofía. Pero en Atenas no se reflexionó o filosofó sólo acerca de ello, sino que se quiso saber también qué deben hacer los seres humanos, qué es lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Se preguntaron para qué están en realidad los humanos en el mundo y qué es lo esencial en todas las cosas. Como es natural, no todos eran de la misma opinión respecto a estos complicados asuntos y hubo opiniones y orientaciones diferentes que polemizaron entre sí con razonamientos, igual que en las asambleas. Desde entonces, esa reflexión y ese polemizar con razones, que llamamos filosofía, no ha cesado ya nunca.

    Pero los atenienses no se paseaban arriba y abajo en sus recintos de columnas y centros de deporte para hablar de cuestiones relativas a qué es lo esencial en el mundo, cómo puede conocerse y qué es lo importante en la vida; y no dirigieron una nueva mirada sobre el mundo sólo con el pensamiento, sino también con los ojos. Los artistas griegos reprodujeron las cosas del mundo de manera tan innovadora, sencilla y bella como si nadie las hubiera visto antes de ellos. (...) En ellas vemos hermosos hombres reproducidos sin ninguna pose, como si fuera la cosa más natural del mundo. Y, precisamente, lo más natural es lo más bello.

    Con esa misma belleza y humanidad modelaron entonces las imágenes de los dioses. El escultor de dioses más famoso se llamaba Fidias. No creó imágenes misteriosas y sobrenaturales, como las enormes estatuas de los templos egipcios. Es cierto que algunas de sus esculturas para los templos eran de gran tamaño, además de suntuosas y preciosas, al estar realizadas en marfil y oro; pero, no obstante, poseían una belleza tan sencilla y una gracia tan noble y natural que nunca resultaron sosas o delicadas, lo que hacía inevitable sentir confianza en aquellas imágenes de dioses. La pintura y las construcciones de los atenienses eran como sus esculturas. Sin embargo, no se ha conservado ninguna de las pinturas con que ornamentaban los espacios cubiertos. Lo único que conocemos son pequeñas figuras en recipientes de cerámica, en vasijas y urnas; pero son tan bellas que podemos imaginar lo que hemos perdido.

    Los templos siguen en pie. Se levantan incluso en la propia Atenas, donde todavía existe, ante todo, la ciudadela, la Acrópolis; allí, en la época de Perícles, se construyeron nuevos santuarios de mármol, pues los antiguos habían sido quemados por los persas mientras los atenienses se encontraban en Salamina. Esta Acrópolis sigue siendo hoy la construcción más bella de cuantas conocemos. No hay en ella nada especialmente grande o fastuoso. Es simplemente bella. Cada detalle está configurado de manera tan clara y sencilla que nos hace pensar que no podría haber sido de otro modo. Desde entonces se han empleado continuamente en arquitectura todas las formas utilizadas allí por los griegos, como las columnas helénicas con sus diferentes tipos, que puedes encontrar en casi todas las casas de la ciudad si llegas a observar con atención. Es cierto que en ningún lugar son tan hermosas como en la Acrópolis de Atenas, donde no se utilizaron como embellecimiento y decoración, sino para lo que fueron pensadas e inventadas: para sostener el peso del tejado como apoyos modelados con belleza.

    Los atenienses reunieron estas dos cosas, la sabiduría del pensamiento y la belleza de las formas, en un tercer arte: el de la literatura. En este terreno hicieron un descubrimiento: el teatro. En origen, el teatro estuvo también unido a la religión, como el deporte, con sus festivales dedicados al dios Dionisos, llamado también Baco. Esas obras teatrales se interpretaban durante los días de su fiesta y solían durar una jornada entera. Las actuaciones eran al aire libre, y los actores llevaban grandes máscaras que les cubrían la cara y tacones altos para que se les pudiera ver con mayor claridad desde lejos. Se han conservado en parte las obras interpretadas entonces. Entre ellas hay algunas serias, de una gravedad grandiosa y solemne. Se llaman tragedias. Pero también se ponían en escena piezas divertidas, obras que se burlaban de algunos atenienses en concreto. Eran muy mordaces, chistosas e ingeniosas. Se llaman comedias. Podría seguir hablándote largo rato y con entusiasmo de los historiadores, los médicos, los cantantes, los pensadores y los artistas atenienses. Pero es mejor que, con el tiempo, contemples tú mismo su obras. Ya verás como no he exagerado nada.

E. Gombrich, Breve historia del tiempo
 
Cuestionario

1)    ¿La antigua Grecia tenía un único rey que dirigía a esta civilización?
2)    ¿Qué dos cosas unían a los griegos?
3)    ¿Qué premio recibían los triunfadores de las Olimpiadas?
4)    Define qué es un santuario. ¿Por qué era muy importante el Santuario de Delfos?
5)    ¿Cuáles eran las dos ciudades más importantes de la civilización griega?
6)    ¿Cómo se denominaban a las ciudades en la antigua Grecia?
7)    Averigua qué es la Acrópolis de Atenas.
9)    Define las siguientes palabras que aparecen en el texto:
·      dispares
·      pugilato
·      santuario
·      hendidura
·      obnubilado
·      siervos

lunes, 24 de octubre de 2016

INTRODUCCIÓN AL ARTE GRIEGO (I)

¡Saludos!
Después de ver este documental, contestad a las siguientes preguntas:


1. El arte griego es uno de los pilares esenciales del...

2. Su concepto de belleza está basado en:
a)
b)
c)

3. La tipología esencial en la arquitectura griega:

4. Significado de la palabra "polis":

5. En la arquitectura griega prima sobre su concepción espacial.....

6. La arquitectura griega no se entiende sin las aportaciones fundamentales de ¿qué ciencia?

7. Las plantas de los templos griegos son....

8. Los órdenes clásicos son módulos constructivos y decorativos que se configuran como elementos esenciales de los templos griegos. ¿Cuáles son?

9. El orden jónico surgió en la Jonia o Asia Menor, es decir, en la actual....

10. El techo de los templos griegos es.....

11.¿Qué era la Magna Grecia?

12. La etapa helenística es la etapa....

13. ¿Qué es una cariátide? ¿Algún ejemplo?.

14.En la escultura, al ideal de belleza se le denomina....

15.Cita las diversas etapas de la escultura griega:

16. La escultura del Laocoonte pertenece a la etapa...... ¿A qué famoso escultor le influyó muchísimo esta obra?

17. Al margen de la arquitectura y escultura, ¿en qué arte decorativa se conjugan la calidad y belleza griegas?

18. ¿Qué sabes de la pintura griega?

19.La última etapa de la cerámica griega es de figuras..... sobre fondo........

20. Ethos frente al pathos. ¿Sabes que significan estos dos términos en su acepción artística? ¿Qué palabras conoces en español que derivan de ellas?

domingo, 23 de octubre de 2016

APUNTES FUNDAMENTOS DEL ARTE I. TEMA 3. "ARTE DE LA ANTIGÜEDAD (II): EL ORIGEN DE EUROPA. GRECIA"

Friso del Partenón. Fideas, c. 447 a de C.  Museo Británico de Londres. Fuente de la imagen: Wikipedia. Public domain.
¡Saludos!
Aquí os dejo el Tema 3, de Fundamentos del Arte I que empezaremos esta semana. ¡Espero que os guste!

jueves, 13 de octubre de 2016

FUNDAMENTOS DEL ARTE I. ACTIVIDAD ARTE DEL ANTIGUO EGIPTO (II)

  1. Identifica las siguientes imágenes, señalando a qué tipología arquitectónica pertenecen:
  1. Una tipología arquitectónica fundamental en el Antiguo Egipto era la pirámide. Pirámides encontramos también en otras civilizaciones, épocas y por supuesto, en la arquitectura contemporánea. Busca y analiza tres ejemplos.

  1. ¿Sabrías definir que es el “canon egipcio”? ¿Conoces alguna otra civilización que haya desarrollado el canon?
  1. Señala en el mapa del Antiguo Egipto dónde se encuentra la zona llamada:Bajo Egipto, Alto Egipto,Delta del Nilo
 

  1. ¿Dónde podemos encontrar obras de arte egipcias en España (arquitectura, pintura, escultura, artes decorativas…)?

  1. A la vista de estas imágenes, intenta señalar cinco convencionalismos o características básicas que encontramos en la pintura y en los relieves del antiguo Egipto:




          7. ¿Qué sabes sobre el faraón Tutankamon? ¿Y sobre su rico ajuar funerario?

martes, 11 de octubre de 2016

ACTIVIDAD INICIAL AL ARTE DEL ANTIGUO EGIPTO (I). FUNDAMENTOS DEL ARTE I

¡Saludos!
Después del visionado de este video, contestad a las siguientes preguntas:





1. ¿Por qué es un hito en la Historia del Arte la civilización egipcia?
2. Explica en qué sentido el arte egipcio era práctico, utilitario y simbólico.
3.Tipologías arquitectónicas.
4. ¿Qué quiere decir "muros en talud"?
5. Ejemplos de pirámides. ¿Cuáles son sus antecedentes?  ¿Son el equivalente a los zigurats mesopotámicos?
6. ¿Qué es un hipogeo?
7. Los templos reflejan el poder de...
8. Karnak y Luxor son ejemplos de...
9. Sinónimo de "naos".
10. ¿Por qué la arquitectura templaria egipcia privilegia los espacios en penumbra?
11.¿Qué quiere decir la expresión "colosalismo constructivo"?
12. Los capiteles egipcios pueden ser...
13. La escultura y pintura egipcia responden a una "estética ideográfica". Explica este concepto.
14. Sinónimo de "hieratismo" y "hierático".
15. ¿Cómo definirías el concepto de "canon" egipcio?
16. En arte, "convencionalismo" es sinónimo de...
17. ¿Con qué otra civilización ha sido comparada la serenidad y belleza egipcia?
18. Cita varios convencionalismos de la pintura y escultura del antiguo Egipto.
19.Diferencias de policromía entre los hombres y las mujeres.
20.¿Qué hay de paradójico en el arte del antiguo Egipto? Arte oficial versus un arte....

lunes, 10 de octubre de 2016

ACTIVIDAD "PINTURA PRERRAFAELITA", FUNDAMENTOS DEL ARTE II


The beloved (the bride), la novia, Dante-Gabriel Rossetti, 1865-66. Fuente de la imagen: http://www.tate.org.uk/     

La Hermandad PrerrafaelitaPre-Raphaelite Brotherhood- fue una tendencia esteticista de vanguardia de la pintura victoriana.
Fundada en 1848 por tres de sus principales representantes –Millais, Hunt y Rossetti- esta corriente estética, que anticipa en algunas de sus características al Simbolismo, propugnaba la oposición al conservadurismo academicista de la Royal Academy of Arts, reivindicando un arte más espontáneo inspirándose en la naturaleza y en el arte de los pintores italianos y flamencos anteriores a Rafael Sanzio (Fra Angélico, Botticelli, etc.) 
Los prerrafaelitas fueron una asociación de pintores con lazos fraternales y cierto misticismo similar a otros grupos como “los Nazarenos” alemanes que se establecieron por las mismas fechas en Roma. Alcanzaron el favor del público especialmente desde el momento en el que contaron con el apoyo del escritor y critico de arte John Ruskin.

Son notas distintivas de la Hermandad Prerrafaelita:
*Su vinculación al Romanticismo. Reivindican “el arte por el arte” –art for art´s sake-. Los prerrafaelitas eran estetas, exquisitos y refinados.
*La inspiración en la Edad Media aunque también les fascina el clasicismo.
*Les apasiona la temática literaria (cuentos, leyendas, poesía, teatro) y en menor medida la histórica.
*Representan, en algún caso, de forma nada convencional el ideal de belleza masculino y el femenino: rostros andróginos; narices perfectas griegas; seres angélicales asexuales; pelirrojas femme fatale que veremos también en el Simbolismo...
*Confieren gran importancia al tema del sueño (precedente del Surrealismo).
*Muestran fidelidad en la representación de la naturaleza, intentando trasmitir cada detalle.
*Privilegian los colores brillantes, de tonos delicados, en representaciones meticulosas.
*En ocasiones buscan composiciones complejas con escorzos y diagonales, dominando la perspectiva geométrica. 
*Algunos de estos pintores como William Morris (ideólogo del movimiento Arts & Drafts) o Burne Jones (discípulo de Rossetti) también se dedicaron al diseño de vidrieras, tapices, etc.

Para saber más








Estupenda serie de la BBC sobre los prerrafaelitas llamada "Desperate romantics":







Actividad "Pintura prerrafaelita"


Dividimos la clase en grupos de dos alumnos. Analizaréis cinco obras prerrafaelitas y una con influencia de este movimiento y las pondremos en común en el grupo-clase.
Os centraréis en tres aspectos:
*El tema.
*La visión que trasmite del ideal de mujer (o del hombre llegado el caso).
*Aspectos formales y técnicos (color, perspectiva, composición, etc.)


1. Ofelia, John Everett Millais, c. 1851.

                                            Fuente de la imagen: Wikipedia

2. Ghirlandata, Dante-Gabriel Rossetti, 1873.




3. Señorita Gladys M. Holman Hunt (la escuela de la naturaleza), Hunt, c. 1893-94.


Fuente de la imagen: museoarteponce.org.


5. La Bella Durmiente, Edward Burne-Jones, 1870-90.


                          Fuente de la imagen: Wikiart.org

6. La influencia del prerrafaelismo en el pintor canario Néstor Martín Fernández de la Torre: "La Hermana de las Rosas", 1908.

Fuente de la imagen: http://latorredemontaigne.com/project/museo-nestor-la-huella-de-un-artista-integral/

jueves, 6 de octubre de 2016

ACTIVIDAD "COMENTARIO DE TEXTO SOBRE MESOPOTAMIA". FUNDAMENTOS DEL ARTE I, TEMA 2

El superintendente de Mari, Ebih-il, c. 2400, Museo del Louvre. Fuente de la imagen: louvre.fr

Lee detenidamente este texto de E. Gombrich sobre la civilización mesopotámica de su libro Breve historia del tiempo. A continuación contesta el cuestionario sobre el mismo.

“ La semana tiene siete días. Se llaman..., ¡bueno, eso ya lo sabes! Pero, probablemente, no sabrás desde cuándo los días no van pasando uno tras otro, sin nombre ni orden, como pasaban para los hombres primitivos. Ni quién los reunió en semanas y les dio su nombre a cada uno. Eso no ocurrió en Egipto, sino en otro país donde también hacía calor. Y, en vez de un río, el Nilo, había incluso dos: el Éufrates y el Tigris. Por eso, aquel país se llama el país de los dos ríos. Y, como la tierra que merece la pena se extiende entre las dos corrientes, se le llama también país entre ríos, o con una palabra griega, Mesopotamia. Esta Mesopotamia no se halla en África, sino en Asia, pero no demasiado lejos de nuestra zona. Está situada en el Próximo Oriente. Los dos ríos, el Éufrates y el Tigris, desembocan en el golfo Pérsico.

Tienes que imaginar una amplísima llanura a través de la cual corren esos dos ríos. Es cálida y pantanosa y, a veces, las aguas inundan también el país. En esa llanura se ven en la actualidad de vez en cuando grandes colinas, aunque no son colinas de verdad: si comenzamos a excavar en ellas, encontraremos en primer lugar una gran cantidad de ladrillos y escombros. Poco a poco, nos iremos topando con altas y sólidas murallas, pues estas colinas son, en realidad, ciudades en ruinas, grandes ciudades con calles largas tiradas a cordel, casas altas, palacios y templos. Al no estar construidas en piedra, como en Egipto, sino con ladrillos, se han desmoronado con el paso del tiempo por la acción del Sol y, finalmente, se han hundido formando grandes montones de escombros.

Una de esas escombreras de un paraje desértico es hoy Babilonia, que fue en otros tiempos la mayor ciudad del mundo, con un increíble pulular de personas llegadas de todos los rincones que llevaban allí sus mercancías para intercambiarlas. Otra de esas escombreras, al pie de la montaña, aguas arriba, es también la segunda ciudad mayor del país: Nínive. Babilonia fue la capital de los babilonios. Eso es fácil de recordar. Nínive, sin embargo, fue la capital de los asirios.

Este país no estuvo casi nunca gobernado en su totalidad por un único rey, como Egipto. Tampoco fue un imperio de duración tan larga y que se mantuviera con fronteras fijas. En él habitaron múltiples pueblos y numerosos reyes que gobernaron sucesivamente; los pueblos más importantes fueron los sumerios, los babilonios y los asirlos. Hasta hace poco se creía que los egipcios eran el pueblo más antiguo en poseer todo cuanto denominamos cultura: ciudades con artesanos, príncipes y reyes, templos y sacerdotes, funcionarios y artistas, una escritura y una técnica.

Desde hace algunos años sabemos que los sumerios se hallaban por delante de los egipcios en varios de estos asuntos. Excavaciones realizadas en las escombreras que surgen del llano en las proximidades del golfo Pérsico nos han mostrado que a los habitantes de aquellos lugares se les había ocurrido la idea de modelar ladrillos con barro para construir con ellos casas y templos más de 3.100 años a. C. Bajo uno de los mayores montones de escombros se hallaron ruinas de la ciudad de Ur, donde, según la Biblia, vivieron los antepasados de Abraham. Allí se encontró un gran número de tumbas que debían de remontarse, aproximadamente, al mismo tiempo que la pirámide de Keops en Egipto. Pero, mientras la pirámide se halla vacía, en este otro lugar se descubrieron objetos magníficos y sorprendentes. Maravillosas alhajas de oro para mujeres y recipientes también de oro para ofrendas sepulcrales. Cascos de oro y puñales cubiertos de ese metal y piedras preciosas. Arpas suntuosas decoradas con cabezas de toros e—imagínatelo—un tablero de juego con cuadrados como los del ajedrez hecho de preciosas incrustaciones.

En estas escombreras se encontraron también piedras redondas con sellos, y tablillas cerámicas con inscripciones. Pero no en jeroglíficos, sino en otro tipo de escritura casi más difícil aún de descifrar. Precisamente porque ya no emplea imágenes, sino trazos aislados acabados en punta y con aspecto de triángulos o cuñas. Se llama escritura cuneiforme. En Mesopotamia no se conocieron los libros de papiro. Todos los signos se escribían en arcilla blanda que, luego, se cocía en hornos, formándose así tablillas de cerámica duras. Se han hallado grandes cantidades de esa clase de tablillas de época antigua. Contienen largas y hermosísimas leyendas y relatos fabulosos que hablan del héroe Gilgamesh y de su lucha con monstruos y dragones. Y también numerosas inscripciones en las que ciertos reyes informan sobre sus hazañas y se enorgullecen de los templos erigidos por ellos para la eternidad y de cuántos pueblos han subyugado.

Se han encontrado tablillas antiquísimas con informes de comerciantes, contratos, certificaciones, listas de mercancías, etcétera. Por eso sabemos que los antiguos sumerios fueron ya, como lo serían más tarde los babilonios y los asirios, un gran pueblo de comerciantes capaz de llevar muy bien las cuentas y distinguir con claridad lo justo de lo injusto.

De uno de los primeros reyes babilonios que dominaron todo el país conocemos una de esas grandes inscripciones grabada en una piedra. Es el código legal más antiguo del mundo: las leyes del rey Hammurabi. El nombre suena como salido de un libro de cuentos, pero las leyes son muy razonables, rigurosas y justas. Por eso podrás guardar en la memoria cuándo vivió Hammurabi, aproximadamente: unos 1.700 años a. C., es decir, hace 3.700 años.

Los babilonios eran rigurosos y diligentes, como lo fueron también más tarde los asirios. Pero no pintaban figuras tan coloristas como los egipcios. En sus esculturas y representaciones sólo suele verse, en la mayoría de los casos, al rey de caza o a sus enemigos presos y atados de pies y manos arrodillados ante él, además de carros de guerra que ponen en fuga a pueblos extranjeros, y a guerreros que asaltan fortalezas. Los reyes tienen una mirada sombría, llevan barbas largas negras y rizadas y pelo largo y en bucles. A veces los vemos ofreciendo sacrificios a los dioses; al dios del Sol, Baal, y la diosa de la Luna, Ishtar o Astarté.

En efecto, los babilonios y los asirios rezaban al Sol, la Luna y las estrellas, considerándolos sus dioses. En las noches claras y cálidas observaron durante años y siglos el curso de los astros. Y como eran personas de mente clara e inteligente, se dieron cuenta de la regularidad del recorrido de las estrellas. Pronto reconocieron las que parecen estar fijas en la bóveda del cielo y que vuelven a encontrarse cada noche en el mismo lugar. Y dieron nombres a las figuras formadas en el firmamento, tal como hoy hablamos de la «Osa Mayor». Pero aún se interesaron más por las estrellas que se mueven en la bóveda celeste y tan pronto se sitúan en la proximidad de la «Osa Mayor», como, por ejemplo, cerca de «Libra». Por aquel entonces se creía que la Tierra era un disco fijo, y el firmamento una especie de esfera hueca tendida como una concha sobre la Tierra y que giraba una vez al día. Seguro que les extrañaba de manera especial que las estrellas no estuviesen todas fijas en aquella concha celeste y que algunas pudieran ser móviles, por así decirlo, y desplazarse de un lado a otro.

Hoy sabemos que son los astros los que se mueven a una con la Tierra en torno al Sol. Los llamamos planetas. Pero era imposible que los antiguos babilonios y asirios lo supieran; por eso creían que detrás de aquello se escondía alguna magia misteriosa. Dieron a esos astros nombres propios y los observaron siempre con atención, pues creían que se trataba de seres poderosos y que su posición significaba algo para el destino de los seres humanos. Por eso deseaban predecir el futuro según la posición de dichos astros. Esta creencia se llama adivinación por los astros, o, con una palabra griega, astrología. Se creía que algunos planetas proporcionaban suerte; y otros, desgracia. Marte significaba guerra; Venus, amor. A cada dios de un planeta se le consagró un día. Y, como con el Sol y la Luna sumaban exactamente siete, dieron origen a nuestra semana. Todavía seguimos diciendo lunes (por la Luna) y martes (por Marte). Los cinco planetas conocidos entonces se llamaban Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. En los nombres castellanos de la semana se reconocen estos nombres de los planetas, al igual que en muchas otras lenguas que se siguen hablando en la actualidad. Fíjate en los nombres franceses de la semana. Se llaman mar-di (de Marte), mercre-di (de Mercurio), jeu-di (de Júpiter), vendre-di (de Venus). Para el sábado, observa el inglés. En esta lengua, el día de Saturno se llama Satur-day. En alemán es algo más complicado porque los nombres grecorromanos de los dioses han sido sustituidos dentro de lo posible por sus correspondientes dioses antiguos germánicos. Así el miércoles, Dienstag (mar-tes) deriva, quizá, de Zius-Tag [día de Ziu], pues Ziu era el antiguo dios alemán de la guerra; de la misma manera, Donnerstag (jueves) proviene de Donar, el antiguo dios alemán al que se veneraba de la misma manera que a Júpiter. ¿Podías creer que nuestros días de la semana tienen una historia tan honorable y curiosa y con tantos milenios de antigüedad?

Para hallarse más cerca de las estrellas y poderlas ver también mejor en su país brumoso, los babilonios, y todavía antes los sumerios, levantaron extraños edificios. Grandes y amplias torres superpuestas e imponentes formando varias terrazas, con enormes contrafuertes y altas escalinatas. El templo para la Luna o los planetas se alzaba justo en lo más alto. La gente acudía de lejos llevando consigo valiosas ofrendas para que los sacerdotes les pronosticaran el destino a partir de los astros. Estas torres escalonadas surgen aún hoy en ruinas por encima de los montones de escombros, y se pueden hallar inscripciones en que los reyes cuentan cómo las erigieron o repararon. Tienes que pensar que los primeros reyes de esta región vivieron hace alrededor de 3.000 años a. C.; y los últimos, hace unos 550, también a. C.

El último rey babilonio verdaderamente poderoso fue Nabucodonosor. Vivió hacia el 600 a. C. Sus campañas de guerra le hicieron famoso. Luchó contra Egipto y deportó a muchos pueblos a Babilonia como esclavos. Pero sus mayores hazañas no fueron en realidad sus campañas bélicas sino los imponentes canales y depósitos de agua que ordenó construir para hacer fértil la tierra. Desde que esos canales se cegaron y los depósitos de agua se cubrieron de lodo, el país se ha convertido en esa llanura desértica y pantanosa donde se ven surgir a veces colinas de escombros.

Y cuando nos alegremos porque acaba la semana y llega de nuevo el domingo (en alemán Sonn-Tag, el «día del Sol»), pensemos alguna vez en esas escombreras de aquella cálida región pantanosa y en los severos reyes con barbas largas y negras, pues ahora sabemos la relación existente entre todo ello.”

Cuestionario:
1. ¿Qué significa la palabra Mesopotamia? ¿De qué idioma viene?
2. ¿Sobre qué dos ríos se asentaba esta civilización?
3. ¿Por qué a diferencia de Egipto, se han conservado muy pocos restos de la arquitectura mesopotámica?
4. Nombra dos importantes ciudades de Mesopotamia.
5. ¿Quiénes eran los sumerios? ¿Qué inventaron?
6. ¿Qué es el Código de Hammurabi?
7. ¿En Mesopotamia creían en el poder de los astros y su influencia en el destino de los hombres?
8. ¿Cuál fue la mayor hazaña del rey Nabucodonosor?