Descripción del blog


Este blog educativo está dedicado a la Historia del Arte en general, y a la Historia de las Artes Decorativas y el Diseño en particular. Apuntes de Fundamentos del Arte I y II. Resúmenes de Historia de la Indumentaria. Cine en el Arte, Arte en el Cine. Todos los textos han sido escritos por la autora del blog, Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes. Todas las imágenes contenidas en esta web tienen exclusivamente una intencionalidad didáctica. Si alguna imagen empleada vulnera derechos de autor, puede solicitar la retirada del material que considere de su propiedad intelectual. El contenido de mis artículos puede ser descargado libremente, pero por favor, cite la procedencia. Imagen que encabeza el blog: Un Bar aux Folies Bergère, Édouard Manet, c. 1882. Courtauld Institut, Londres. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons. Public Domain

martes, 24 de agosto de 2010

Arte y naturaleza en Croacia (I)



Considerada como "el mejor destino turístico del mundo" según el editor mundial de guías de turismo Lonely Planet, Croacia es un impresionante país donde se funden a la perfección la naturaleza con el arte. Hoy es un estado independiente después de que se desintegrara la antigua Yugoslavia, un mosaico complejísimo de pueblos, etnias y religiones muy diversas de difícil convivencia: Croacia (católicos), Serbia (cristianos ortodoxos), Montenegro (cristianos ortodoxos), Eslovania (católicos) y Bosnia Herzegovina (musulmanes).

Conocida como "la perla del Adriático", Dubrovnik se encuentra en la región croata de Dalmacia y es una de las ciudades más visitadas y turísticas de toda la zona. Está bastante reconstruida tras la última guerra de los Balcanes de los años 90 (1991-95) en la que sufrió los bombardeos del ejército yugoslavo, de los serbios y de los montenegrinos.


Dubrovnik presenta orígenes grecolatinos y eslavos, siendo una pujante ciudad en época medieval y renacentista. Durante siglos fue una especie de ciudad-estado, lo cual no fue óbice para que sufriera continuas invasiones y ataques de diversos pueblos, provenientes tanto de oriente como de occidente. Dubrovnik como el resto de Croacia y buena parte del Adriático, estuvo bajo el influjo de la República de Venecia, por eso la influencia veneciana es omnipresente. Es lo que el profesor francés Paul Fattal denomina como "el perfume de Venecia": es particularmente evidente en la arquitectura con los vanos típicamente venecianos, la presencia de los leones alados, símbolos de San Marcos y de la propia Venecia...

En el siglo XVII comenzó su decadencia. A lo largo de los siglos, esta ciudad denominada hasta 1916 como Ragusa, ha sufrido innumerables terremotos -está en una zona muy compleja de tectónica de placas- e incendios. Así por ejemplo, por estos motivos su catedral de la Asunción tuvo que ser reconstruida tres veces. Si bien en sus orígenes fue medieval -según cuenta la leyenda los gastos de su construcción fueron sufragados por Ricardo Corazón de León tras sobrevivir a un naufragio en aguas del Adriático al volver de las Cruzadas-, la que se conserva hoy en día es de estilo barroco.

Dubrovnik abunda en ejemplos de arquitectura medieval, renacentista y barroca. Así por ejemplo, de la etapa medieval destacan los conventos de los Dominicos y los Franciscanos. Ambos edificios sufrieron bastantes destrozos en la Guerra de los Balcanes de los años 90.
El convento de los Dominicos es uno de los edificios más hermosos de esta ciudad. Data del siglo XIV y consta de una iglesia gótica y un interesante claustro y museo donde se conservan varias obras de arte de gran interés, como un crucifijo gótico realizado por Paolo Veneciano. Este edificio presenta añadidos renacentistas y barrocos.

El Convento de los Franciscanos cuenta con una farmacia considerada una de las más antiguas de Europa (siglo XIV).

Los destrozos de la guerra de los Balcanes son bien patentes en este convento:

Aquí podemos ver la huella de un misil que cayó en este convento el 6 de diciembre de 1991:

La influencia veneciana es palpable en muchos edificios como en el Palacio Sponza, de estilo gótico-renacentista en el siglo XVI. Hoy es el archivo histórico de la ciudad.

Hay numerosas fuentes por toda la ciudad -el agua sale fresquita y buenísima-, como la fuente renacentista de Onofre, cuya cúpula fue destruida durante el asedio a esta ciudad en la última guerra. La iglesia del fondo presenta una tipología muy habitual en Venecia, me recuerda a las iglesias de una única nave venecianas, como la iglesia de Santa María de los Milagros de la ciudad véneta.

Otra fuente de la ciudad, en pleno casco histórico, infestada de palomas, que por cierto, tanto daño hacen al patriomio artístico, en concreto a la arquitectura. Al fondo a la izquierda, un detalle de una portada manierista con las columnas tipicamente serlianas.


La iglesia barroca de San Blas, dedicada al santo fundador de la ciudad y figura muy habitual en el arte de Dubrovnik.


La iglesia de San Ignacio, responde a la tipología de iglesias jesuíticas barrocas. Se alza sobre la ciudad, en la parte alta de la misma. Fue realizada por Andrea Pozzo, el mismo arquitecto que intervino en la iglesia de San Ignacio de Roma. En su interior se conservan espléndidos frescos barrocos realizados por el pintor siciliano Gaetano García.


Como vemos, los edificios son mayoritariamente de piedra, material muy abundante en Croacia.

Frente a la ciudad de Dubrovnik podemos hallar la isla de Lokrum, que perteneció al emperador Maximiliano de Austria que construyó allí un palacio. También se conserva un monasterio benedictino y un jardín botánico.


En Croacia al parecer no rige la ley de costas y podemos encontrar hoteles, restaurantes, etc. en primera línea de playa.


miércoles, 18 de agosto de 2010

Arte y Arquitectura en Italia: BOLONIA


En la región italiana de Emilia-Romagna, a los pies de los Apeninos, en una de las tierras más fértiles de Italia, se encuentra la bellísima ciudad de Bolonia, conocida por los italianos como "la rossa, la grassa, la dotta", por razones obvias. La "rossa" por el color de sus edificios y al parecer, la inclinación izquierdista de su población.

La "grassa" porque esta ciudad y su región son la cuna de la famosísima mortadela así como del queso parmiggiano reggiano, el ragú, los tagliattelli alla bolognese–que no spaguetti- y de mil delicias más no aptas para gourmets con el colesterol alto. También es muy conocida por un vino sobrevalorado, el Lambrusco, así como por sus tortellini, cuyos precio desorbitado, al menos en el Mercato di Mezzo donde llegan a alcanzar más de 30 euros el kilo, parece explicarse porque según ellos, proceden del ombligo de Venus.
Por último, pero no menos importante, se la conoce también como la “dotta”, es decir, la culta, porque, como se ufanan los boloñeses en repetir, en ella surgió la primera universidad de Europa, en concreto en el año 1088. Por sus aulas pasaron a lo largo de los siglos, personajes célebres como Thomas Becket, Paracelso, Raimundo de Peñafort, Dante Alighieri, Francesco Petrarca, Pico della Mirandola, Leon Battista Alberti, o Copernico. Ayer como hoy, su célebre universidad sigue atrayendo a muchos estudiantes –muchos de ellos del proyecto Erasmus- y ha sido uno de sus más destacados profesores el genial escritor y semiólogo Umberto Eco.




Ligado a la universidad, encontramos el célebre Colegio de España (siglo XIV), realizado bajo protección regia y donde estuvieron alojados Carlos V, Elio Antonio de Nebrija, San Ignacio de Loyola, Cervantes, etc...


El apodo de la “dotta” no es casual, no hay más que comprobar la abundancia de librerías de esta ciudad, verdaderamente apabullante, cerrando sus puertas algunas de ellas de madrugada.


Etruscos, romanos, godos, bizantinos, longobardos... numerosos pueblos fueron marcando a sangre y fuego la historia de esta ciudad que durante siglos formó parte de los Estados pontificios. Tras la era napoleónica y el dominio austríaco, Bologna, por fin, se unió al resto de Italia en la segunda mitad del siglo XIX. Recordemos que la unidad italiana sólo se alcanzó en el siglo XIX, en torno a los años 1860-70. Bolonia sufrió gravemente los envates de las guerras mundiales, particularmente de la segunda. De hecho hay toda una Bolonia subterránea –visitable- en relación con estas guerras.
El boom económico e industrial a partir de los años 60 supondrá un desarrollo espectacular para la zona, una región muy industrial y comercial, con un centro de Ferias de gran importancia proyectado por los arquitectos Benevolo, Giuralongo y Melograni (1964-65). No lejos de Bolonia se encuentran varias industrias automovilísticas muy destacadas como la Ferrari en Maranello, con su célebre icono del diseño, il cavallino rampante y la Ducati.



Las huellas medievales y renacentistas de la ciudad son visibles en muchas de las calles boloñesas, así como sus más de 50 kilómetros de sus emblemáticos pórticos que recorren la ciudad en todas sus direcciones. En estos pórticos antiguamente se celebraban actividades artesanales y comerciales. De sus más de cien torres del medievo, sólo quedan unas decenas, siendo las más destacadas las torres de Asinelli y Garisenda en pleno casco histórico.




En la Plaza Mayor se alza majestuosa la catedral de San Petronio. De fachada inacabada, es una iglesia gigantesca que puede acoger hasta 50.000 fieles. Empezada en el siglo XIV, durante el Quattrocento Jacopo della Quercia realizó la portada escultórica. En esta iglesia Carlos V fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico el 24 de febrero de 1530. Pocos años después, en este templo se celebraron dos sesiones del Concilio de Trento. A mi modo de ver, lo más intersante de esta catedral son las pinturas del juicio final, sobre todo del infierno, de Giovanni da Modena (1410-1415). Son inevitables las comparaciones con el infierno de Giotto en la no muy lejana Cappella degli Scrovegni de Padua.




En la Plaza Mayor, corazón político y religioso de la ciudad, abundan los palacios medievales como el Palazzo del Podestà, el palazzo del Re Enzo, la torre del reloj, etc. En esta plaza, todas las perspectivas parecen confluir en la espectacular escultura manierista de Neptuno realizada por el escultor Giambologna (1567). Conocida popularmente en Bolonia como "el Gigante", esta divinidad aparece con su símbolo parlante: el tridente. Se ha interpretado como un símbolo del papado ya que fue erigida por voluntad del cardenal Carlo Borromeo a instancias del pontífice Pío IV : el dios que aplica las aguas, es como el Papa que pacifica sus territorios -y Bolonia era uno de ellos. En la base de la escultura encontramos diversos putti y nereidas que cabalgan sobre delfines. Por ellos brotan los chorros de agua.
Durante las dos guerras mundiales, la escultura de Neptuno fue guardada en un lugar seguro para preservar su seguridad.



Una de mis plazas favoritas de Bolonia es la de Santo Stefano, una plaza porticada que se abre a un complejo de varias iglesias medievales que se alzan sobre restos de templos romanos, que rememoran los santos lugares de la Pasión de Jesús en Jerusalén, siendo muy destacable la basílica del Santo Sepulcro.







En cuanto a esculturas, aparte de la maravillosa del Neptuno, destacan las de Niccolò dell´Arca en la iglesia della Vita con su dramático Llanto sobre el Cristo muerto (siglo XV). Realizado en el siglo XV en terracota, todavía presenta restos de policromía.






En Bolonia se conservan varias esculturas de Miguel Angel en el sepulcro de Santo Domingo de Gúzman en la iglesia homónima: San Petronio, San Procolo y uno de los dos ángeles que portan una vela. El resto de las esculturas de esta impresionante "Arca" fueron realizados pors en época medieval porel taller de Nicola Pisano (siglo XIII) y de Niccolò dell´Arca (1473).


























Entre los museos de Bolonia descuellan el Museo Civico Arqueológico, la Pinacoteca Nacional que custodia pinturas medievales, renacentistas y barrocas, el museo de Giorgio Morandi y el Museo de arte moderno, llamado MAMBO.


Finalmente, en la porticada via Castiglione, una de las más sugestivas y antiguas de la ciudad, se encuentra posiblemente la mejor heladería de la ciudad, denominada con el mismo nombre que la calle en la que se encuentra.




martes, 8 de junio de 2010

Arte y Cine: MUERTE EN VENECIA

1.Sobre Venecia

A) Escribe una breve reseña histórica sobre Venecia: marco geográfico y cronológico. Su vinculación con el Imperio Bizantino. ¿Por qué se la denomina “la ciudad de los canales”? Cronología de la República de Venecia. ¿Qué peligro amenaza en la actualidad a esta ciudad?

B) Venecia, ciudad literaria, ciudad cinematográfica, ciudad de los pintores: señala en qué estilos artísticos y cuáles han sido los artistas más destacados que han representado a Venecia en su pintura. Escribe algún ejemplo que haga referencia a Venecia como ciudad literaria y como ciudad cinematográfica.

C) Venecia, ¿una ciudad enferma? Plagas, pestes y cólera en su historia.

D) ¿Qué célebres personajes históricos están vinculados con Venecia?

E)Venecia y la arquitectura: de la Edad Media al siglo XXI. Señala los edificios más representativos de la Ciudad de los Canales. ¿Existe en ella alguna fundación o museo destacado de Arte Contemporáneo? ¿En qué consiste la Bienal de Venecia?

2. Sobre Gustav Mahler

A)¿Quién fue Gustav Mahler? Aspectos singulares de su biografía.

B) ¿A qué movimiento musical perteneció?
C) En la película Muerte en Venecia se puede escuchar su Adagietto de su Quinta Sinfonía. ¿Qué es un adagietto? Audición de un extracto de su obra. ¿Qué os sugiere?

3. Sobre Thomas Mann

A) Biografía y movimiento literario al que pertenece.
B) Análisis de varios fragmento de su novela Muerte en Venecia:
“(…)Necesitaba un cambio, una vida imprevista, días ociosos, aire lejano, sangre nueva. Así, el verano sería fecundo y productivo. (…)Su delicada complexión hizo que los médicos le excluyesen durante su niñez de la asistencia a la escuela, por lo cual disfrutó una educación casera. Había crecido así, aislado, sin amigos, (…)
(…)Pero, en realidad, la grandeza de toda su obra estaba hecha de un minucioso trabajo cotidiano; era la resultante de cientos de inspiraciones breves, y debía la excelsa maestría de la concepción total y de cada uno de los detalles al hecho de que su creador, con tenacidad y energía semejantes a las del héroe que conquistara su provincia natal, supo perseverar años y años bajo la tensión de una misma obra, consagrando a la labor de ejecución, propiamente dicha, sus horas más preciosas e intensas. (…)Lo que buscaba era un mundo exótico, que no tuviera relación alguna con el ambiente habitual, pero que no estuviese muy alejado. Por eso fijó su residencia en una isla del Adriático, famosa desde hacía años y situada no lejos de la costa de Istria.
(…)Otra vez se presentaba a la vista la magnífica perspectiva, la deslumbradora composición de fantásticos edificios que la república mostraba a los ojos asombrados de los navegantes que llegaban a la ciudad; la graciosa magnificencia del palacio y del Puente de los Suspiros, las columnas con santos y leones, la fachada pomposa del fantástico templo, la puerta y el gran reloj, y comprendió entonces que llegar por tierra a Venecia, bajando en la estación, era como entrar a un palacio por la escalera de servicio. Había que llegar, pues, en barco a la más inverosímil de las ciudades. (…)¡Qué disciplina, qué exactitud de pensamiento expresaba aquel cuerpo tenso y de juvenil perfección! Pero la voluntad severa y pura, que en un esfuerzo misterioso había logrado modelar aquella imagen divina, ¿no era la que él, artista, conocía a la perfección? ¿No era la que alentaba en él, cuando lleno de contenida pasión libertaba de la masa de mármol del lenguaje la forma esbelta que su espíritu había intuido, y que representaba al hombre como imagen y espejo de belleza espiritual? (…)Pero necesitaba trabajar en presencia de Tadrín, tomarlo de modelo, hacer que su estilo siguiese las líneas de aquel cuerpo que se le antojaba divino, y levantar a lo espiritual su belleza, como el águila levantó al cielo a uno de los pastores troyanos.
(…)¿Quién podría descifrar el enigma de la naturaleza del artista? ¿Quién puede comprender esa fusión instintiva de disciplina y desenfreno en que consiste? (…)"
4. Sobre Visconti
A) Biografía y movimiento estético y político al que aparece vinculado.
B) Análisis de las reflexiones estéticas de Visconti en boca del protagonista Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde).

5. Sobre la película
A) Análisis del argumento.
B) Análisis de los personajes.
C) “Muerte en Venecia” como “obra de arte total”. Se puede decir que en esta película confluyen varias artes, ¿cuáles?

D) Fuentes filosóficas y literarias de la película. ¿Simbolismos, metáforas, cuestiones sin resolver?
E) Conclusión

miércoles, 2 de junio de 2010

Entre el mito y la realidad: fascinados por Oriente


Hasta el próximo día 20 de junio de 2010, se puede contemplar en el Museo de Artes Decorativas de Madrid la excelente exposición "Fascinados por Oriente". De forma muy didáctica, con un montaje original y espectacular, nos muestra el impacto de Oriente en la cultura occidental , desde la época de la Antigüedad hasta la Actualidad.
Y es que hoy en día, la mitad de los objetos que nos rodean están fabricados en Oriente. Comemos en restaurantes chinos, somos fanáticos de los manga y anime, utilizamos cotidianamente diseños y tecnología made in Japan, in Taiwan...

Aquí os dejo algunas notas que tomé de la exposición:

Ya desde el siglo II después de Cristo empezaron a llegar a nuestra civilización productos del Oriente, tierra, por lo demás, ignota durante siglos. Andando el tiempo se fueron creando diversas rutas comerciales: la Ruta de la Seda, la Ruta de las Especias... y en la Edad Media empezó a llegar a Europa la porcelana china. Mientras, el imperio mongol de Genghis Khan se configuraba como el mayor de toda la Historia.

Podemos encontrar descripciones fascinantes, trufadas de leyendas, entre lo real y lo fantástico. El primer occidental en adentrarse en el corazón de Asia fue Alejandro Magno, el rey de Grecia, atraido por las riquezas del Lejano Oriente. Muchos relatos míticos llenaban la imaginación de los occidentales.

Inventos mágicos como la brújula, la pólvora, la tinta -de ahí lo de "tinta china"- el papel o las cometas, son de origen oriental. Como las amenazas terroríficas de los pueblos de las estepas, hunos y mongoles. Era la tierra de las maravillas.

Los relatos del veneciano Marco Polo (1298), del madrileño Rui González de Clavijo (1403) y los mapa mundis como el Atlas catalán (1375) plasman la visión mítica de Oriente que prevalecía a fines de la Edad Media. Mezclaban el conocimiento directo de los primeros viajeros occidentales con las leyendas y los seres fantásticos que poblaban la imaginación desde hacía siglos: la Torre de Babel, la Reina de Saba, la Morada del Anticristo, el Reino de las Amazonas, las sirenas, los cinocéfalos...

Oriente está en nosotros. Siempre lo ha estado.

sábado, 15 de mayo de 2010

Reivindicando Bizancio


Os reproduzco un artículo muy interesante del suplemento de cultura Babelia de hoy sobre Bizancio:

Cúanto debe Europa a los Bizantinos

CARLOS GARCÍA GUAL 15/05/2010

Judith Herrin denuncia la injusticia histórica contra una civilización con más luces que la sombra de su fama

El diccionario de la RAE de la Lengua Española (edición de 1970) define "bizantinismo" como "corrupción por lujo en la vida social, o por exceso de ornamentación en el arte", y, en segunda acepción: "Afición a discusiones bizantinas". Respecto a "bizantino", nos advierte: "Dícese de las discusiones baldías, intempestivas o demasiado sutiles". El sentido despectivo del término es común a otras lenguas; y se funda en un viejo estereotipo, heredado de la Ilustración, junto a la imagen de un mundo bizantino "corrupto" de figuras rígidas, joyas y ropas de oro, iconos, cúpulas, mosaicos, sedas, eunucos, una corte de intrigas sangrientas y discusiones teológicas infinitas en monasterios, plazas y mercados. (Una imagen decadente evocada por Hegel, Voltaire y Gibbon, y sus contemporáneos).

"Sin Bizancio no habría existido Europa", afirma Judith Herrin al tiempo que denuncia su perversa fama

Pero esa imagen deformada no hace justicia al refinado y milenario imperio que defendió a Europa de los ataques árabes durante siglos, y civilizó y cristianizó el mundo eslavo, y mantuvo y transmitió el gran legado cultural del helenismo y a través de los exiliados y los textos clásicos impulsó el Humanismo del Renacimiento. "Sin Bizancio no habría existido Europa", afirma Judith Herrin al tiempo que denuncia esa perversa fama y su difusión europea. Los europeos no sólo cometieron una de las más infames traiciones de la historia al lanzar la Cuarta Cruzada a conquistar y saquear impíamente la espléndida Constantinopla, sino que más tarde rehusaron socorrer a la aislada Bizancio en 1453, cuando Mehmet II acometió su conquista. Con feroz codicia asesinaron a muchos bizantinos en 1204, dos siglos más tarde abandonaron la ciudad a los turcos, y, luego, acaso con mala conciencia, insultaron a los vencidos. "Las sistemáticas calumnias dirigidas hacia Bizancio como imperio que continúan aún hoy", escribe J. Herrin, "se originaron en el intento de los cruzados de justificar su codicia y pillaje contra sus correligionarios cristianos". (Los bizantinos eran hermanos en la fe, pero cismáticos, algo heréticos y encima arruinados. Ni los monarcas europeos ni el Papado les tenían ninguna simpatía. Tampoco los intelectuales del XVIII, ya se ve, por otras razones).

No faltan libros recientes con una perspectiva más justa de los méritos y logros de la civilización bizantina, corrigiendo el tópico tradicional, y subrayando los avances y los claros rasgos de modernidad en aquel prolongado y versátil imperio, que también, como otros, tuvo sus tiempos siniestros y una triste decadencia. Como ha escrito G. Cavallo: "Bizancio anticipa el estado centralizado de la edad moderna, experimenta formas estatutarias de asistencia pública y privada a la pobreza, se abre a modos capitalistas de expansión económica, concede a la mujer -aunque sea bajo el ropaje de un difundido antifeminismo- una dignidad y un papel desconocidos hasta nuestro siglo, y anticipa prácticas de trabajo intelectual (ediciones de textos, formas de lectura) de la edad moderna". Mucho antes, Hans Freyer destacaba, en su Historia universal de Europa, cómo había ejercido de dique y filtro espiritual entre Oriente y Occidente: "Bizancio recibe los poderosos efectos del Oriente y, en sentido positivo, ha impermeabilizado al Occidente contra ellos, o al menos, como un filtro, ha dejado pasar poco hacia él. Muy varia sabiduría de la sangre, viejas experiencias del cuerpo y el alma, mucho arte del goce y de la ascesis se han perdido con ello para Occidente, y sólo gracias a ello es éste tan inquieto, tan inteligente, tan falto de sabiduría y tan laborioso ahora".

El Bizancio de Judith Herrin es "una historia distinta" sin el habitual esquema cronológico. Enfoca en capítulos sueltos sus aspectos más característicos, sugestivos y fascinantes, en un relato espléndido por su amenidad, colorido dramático y fresco estilo. Trata, en sabias viñetas, de Constantinopla, la mayor ciudad de Europa, Santa Sofía, los iconos, los mosaicos de Rávena, la ortodoxia, los eunucos, la corte, la sociedad cosmopolita y el bastión contra el islam; también de Cirilo y Metodio, las cruzadas, la iconoclasia, el "fuego griego", Venecia y el tenedor (joyel de una princesa bizantina), el Monte Athos, el asedio de 1453 y, en fin, de "la grandeza y el legado de Bizancio".

Al comienzo Judith Herrin cita una nota reciente de prensa sobre la Unión Europea y sus "regulaciones tributarias de una complejidad manifiestamente bizantina". Luego comenta: "Si necesitamos una palabra para describir la mendacidad de nuestros actuales líderes políticos, la estrafalaria incompetencia de nuestras burocracias, el taimado egoísmo y las maquinaciones ilegales de nuestras grandes empresas, o bien el enrevesado atractivo de los pasillos globales de la fama, debemos encontrar un término apropiado, y no es el de bizantino. No es que el imperio estuviera libre de corrupción, de crueldad y de barbaridades, pero al proyectar en él las ideas que todavía evoca el término bizantino, estamos sugiriendo que todos esos defectos pertenecen a una sociedad remota y condenada, ajena a nuestro carácter y desvinculada absolutamente de nuestras propias tradiciones".

El adjetivo "bizantino" merece otras connotaciones, y Bizancio otra mirada.

Bizancio. El imperio que hizo posible la Europa moderna

Judith Herrin

Traduccio J. Ramos Mena. Debate.

2009. 495 páginas. 27,90 euros.

El hombre bizantino.

Traducción de P. Bádenas y otros. Alianza. Madrid, 1994. 356 páginas. 26,30 euros.

El hombre bizantino

Guglielmo Cavallo (editor).

Taducción de P. Bádenas y otros.

Alianza. Madrid, 1994.

356 páginas. 26,30 euros.

lunes, 19 de abril de 2010

ARTEFINAL: FECHAS DE EXPOSICIÓN DEL PRIMER TRABAJO DE LA 3A EVALUACION

DIA 26 DE ABRIL:
Cristina, Luis
Rita y Oliver
Kevin, Aitor
Abel, Lorena
Daniel

DIA 29 DE ABRIL:
Gregorio, Victor, David
Francisco Luis
Yaiza
Alfred y Diego

DIA 30 DE ABRIL:
Alex, Thais, Javier
Dacil y Sara
Idaira
Vero e Imo