Me confieso fan -no sé si fatal o no- de Oscar Tusquets. Arquitecto y diseñador español de prestigio, en su haber se hallan cuantiosos premios nacionales e internacionales, siendo además, un autor imprescindible en el a veces proceloso mundo del arte, la arquitectura y el diseño.
En su interesante libro "Todo es comparable" desarrolla una curiosa teoría sobre el intento de los griegos de introducir correcciones visuales en la arquitectura de sus templos, ya saben, el intento de corregir el "efecto pandeo". Tusquets se muestra bastante escéptico ante esta teoría que los profesores de Historia del Arte explicamos en nuestras clases cuando estudiamos la arquitectura griega. Le parece poco convincente que las líneas horizontales deban curvarse para así poder parecer rectas. La alternativa que arguye el autor es considerar que los arquitectos griegos lo que pretendían evitando los planos totalmente horizontales era simplemente desaguar las posibles aguas torrenciales. Para Tusquets sólo la arquitectura del antiguo Egipto consiguió cubiertas totalmente horizontales, "sin pendientes ni canales". Un auténtico desafío. Si el templo se curva no es precisamente con la finalidad de acomodarse a un defecto de la visión sino por la necesidad de realizar una buena construcción. Y es que, además, nunca llueve verticalmente...