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Este blog educativo está dedicado a la Historia del Arte en general, y a la Historia de las Artes Decorativas y el Diseño en particular. Apuntes de Fundamentos del Arte I y II. Resúmenes de Historia de la Indumentaria. Cine en el Arte, Arte en el Cine. Todos los textos han sido escritos por la autora del blog, Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes. Todas las imágenes contenidas en esta web tienen exclusivamente una intencionalidad didáctica. Si alguna imagen empleada vulnera derechos de autor, puede solicitar la retirada del material que considere de su propiedad intelectual. El contenido de mis artículos puede ser descargado libremente, pero por favor, cite la procedencia. Imagen que encabeza el blog: Un Bar aux Folies Bergère, Édouard Manet, c. 1882. Courtauld Institut, Londres. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons. Public Domain

lunes, 29 de enero de 2024

EL TAPIZ DE BAYEUX: ARTE, HISTORIA E INDUMENTARIA EN UN BORDADO MEDIEVAL

 

Una escena del tapiz de Bayeux: representa al obispo Odon de Bayeux con un mazo  en la batalla de Hastings, animando a la lucha a los combatientes. El clero no podía participar en las batallas con espadas. Fuente de la imagen: Wikipedia

En la ciudad francesa de Bayeux (Calvados), muy cerca de las playas del célebre Desembarco de Normandía, se encuentra el museo que alberga una de las obras de artes textiles más célebres y mejor conservadas de toda la Edad Media: el tapiz de Bayeux.



                                   Fuente de la imagen:http://francegeo.free.fr/ville.php?nom=bayeux



Imágenes de la imponente catedral de Bayeux comenzada en estilo románico en el siglo XI y terminada en estilo gótico en el siglo XV


Un antiguo molino hidráulico de la ciudad de Bayeux


¿Tapiz o bordado?
 
El tapiz de Bayeux, que está indisolublemente ligado a la ciudad de la que porta el nombre, ha tenido diversas denominaciones a lo largo de la historia:"Telle du Conquest" (la tela de la Conquista), el tapiz de la reina Matilde...
En verdad, no es un tapiz sino un bordado realizado en lino con hilo de lana de oveja. El equívoco surgió a inicios del siglo XVIII, cuando fue reedescubierta y definida como tapisserie (tapiz) en vez de bordado. 
 
Detalle del bordado del tapiz de Bayeux. Fuente de la imagen:http://www.hs-augsburg.de
 
Se utilizaron diez colores diferentes obtenidos de tres tintes vegetales: royuela (para el rojo, naranja, rosado o marrón), gualda (para el amarillo) y pastel (para distintos tipos de azul y verde).
Está compuesto por nueve piezas o fragmentos de lino. 
A pesar de su fragilidad, nos ha llegado casi intacta, aunque los últimos metros no se han conservado. Esta obra presenta un carácter único en su género. Aún así, conviene recordar que en el Museo Capitular de la Catedral de Gerona se conserva otra pieza excepcional de arte textil medieval: el tapiz de la Creación, también del siglo XI. 

                    

El tapiz de la Creación en realidad es un bordado románico, de hecho es denominado también como el Bordado de la Creación. Fuente de la imagen: Wikipedia.


Entre la historia y el mito: la conquista normanda de Inglaterra

Este tapiz es una obra maestra del arte medieval con escenas profanas que abarcan desde expediciones militares hasta la construcción de naves o celebración de banquetes. 
Estilísticamente es románica, de la Plena Edad Media, por lo tanto presenta concomitancias con la pintura y las artes decorativas de esa época. 
Los principales convencionalismos artísticos que aparecen son:
*Ausencia de la tercera dimensión.
*Superposición de imágenes para crear profundidad.
*Jerarquización de tamaño.
*Esquematismo, simplificación de formas y contornos marcados.
Por lo demás, encontramos ciertos detalles realistas en la indumentaria, las armas o el mobiliario y una viva policromía.
Cronológicamente cabe fechar esta pieza en la segunda mitad del siglo XI, aproximadamente hacia el año 1077.  
La importancia del tapiz de Bayeux no es solo artística sino también histórica ya que nos narra una auténtica epopeya: la conquista normanda de Inglaterra, liderada por Guillermo el Conquistador, duque de Normandía. Venció en la batalla de Hastings (14 de octubre de 1066) a su rival, el monarca anglosajón Harold II de Wessex,  y el normando fue coronado como rey de Inglaterra el 25 de diciembre de 1066 en la Abadía de Westminster de Londres.  
El tapiz nos muestra en imágenes y en detalle esta invasión normanda en la que no faltan los principales personajes (como el rey Eduardo el Confesor o Guillermo el Conquistador), las referencias arquitectónicas, los drakkars o los animales. 
Hay que señalar que después de semejante hazaña del duque normando ningún monarca o dirigente político volverá a conquistar Inglaterra: ni los reyes Capetos del siglo XIII, ni los Valois del XIV, ni Napoleón en el XIX, ni Hitler en la II Guerra Mundial. 

El tapiz de Bayeux cuenta la historia desde el punto de vista de los conquistadores normandos aunque es ampliamente aceptado que este tapiz fue realizado en el sur de  Inglaterra: posiblemente en la Abadía de San Agustín de Canterbury. Otra hipótesis es que pudo ser bordada en el valle del Loire, en la abadía de Saint-Florent de Saumur.
 
El primer testimonio de la existencia del tapiz data del año 1476, ya que aparece en un inventario de la catedral de Notre-Dame de Bayeux. Se conservó durante siglos en un cofre de madera del Tesoro de la catedral. 
 

Cofre de madera donde se guardó durante siglos el tapiz de Bayeux. Fuente de la imagen: www.herodote.net
 

Comitente, función y significación

El tapiz de Bayeux suscita numerosas interrogantes y debates: el misterio rodea su creación dada la ausencia de fuentes históricas. No se sabe con certeza quién fue el comitente o dónde se realizó esta obra. Desconocemos la identidad de los bordadores que lo realizaron.
Contrariamente a la creencia popular legendaria, no fue la reina Mathilde, esposa de Guillermo el Conquistador, acompañada de sus damas de compañía quién confeccionó el tapiz. Así ha sido representada míticamente en el arte, por ejemplo, por parte de algún pintor del siglo XIX de estética trobadour (trovador) como Alfred Guillard.


Alfred Guillard,  La Reine Mathilde travaillant à la Telle du Conquest, 1848. Museo de Arte e Historia Barón Gerard (MAHB), Bayeux. Fuente de la imagen: Wikipedia 

La hipótesis historiográfica más aceptada es que la elaboración del tapiz fue un encargo de Odo u Odón de Conteville (1030?-1097), obispo de Bayeux, hermanastro  de Guillermo y figura capital en la conquista normanda de Inglaterra ya que colaboró activamente en la misma. Fue el primer conde de Kent. Amasó una fortuna colosal, convirtiéndose en uno de los hombres más poderosos de la Inglaterra normanda. Finalmente cayó en desgracia y fue encarcelado por Guillermo el Conquistador.


             
 
Escena 43 y 44: Odón de Bayeux, posible comitente del tapiz de Bayeux. Fuente de la imagen: Wikipedia


Por lo demás es bastante verosimil que Odo fuera el comitente porque el tapiz fue realizado ex profeso para ser expuesto en los muros, sobre la arcada de de la nave central de la catedral de Bayeux, ciudad de la que él era obispo. 
Otros posibles comitentes pudieron ser la reina Édith, Eustache de Boulogne, el abad Baudri de Bourgueil...
El tapiz se conservó en la catedral durante siglos y cada 14 de julio desde la consagración de esta iglesia hasta la Revolución francesa, se mostraba en este edificio, coincidiendo con la Fête de Reliques (la fiesta de las reliquias).
El tapiz de Bayeux no es una mera pieza decorativa u ornamental. No puede pasar desapercibido el hecho de que un textil profano -aunque en ella estuviera implicado el obispo- tuviera una finalidad expositiva en un edificio religioso como es una catedral. 
Era en el fondo y en la forma una manera de legitimar la conquista de Inglaterra, exponiéndola de forma didáctica en un edificio religioso para un público mayoritariamente analfabeto pero capaz de interpretar las imágenes. Y es que el tapiz es una obra propagandística a mayor gloria de los normandos y de Guillermo el Conquistador, sin olvidarnos de su pariente Odón. 
 
 

Escena 44:  Guillermo el Conquistador aparece sentado, símbolo de autoridad, portando una espada. Apoya los pies en un escabel. Fuente de la imagen: Museo de Bayeux

Sea como fuere, algunos investigadores han dejado entrever la posibilidad de que sea una obra un tanto equidistante entre normandos y anglosajones, incluso proinglesa.




En un espectaculo de luz y sonido que tuvo lugar en el año 2016 en la catedral de Bayeux se pudo apreciar una reconstrucción sobre cómo estaría dispuesto el tapiz en la catedral. Fuente de las imagenes: https://www.monpanorama.fr/cathedrale-guillaume-bayeux-son-lumiere/

La finalidad de este tapiz no fue solo épica sino religiosa. La invasión normanda contaba con la bendición papal y fue vista como una especie de cruzada contra un supuesto perjuro anglosajón que acabó teniendo su castigo: Harold Godwinson, primo segundo de Guillermo y cuñado del rey inglés Eduardo el Confesor. Presumiblemente, Harold había prometido lealtad a Guillermo bajo juramente ante las reliquias de la catedral de Bayeux. Finalmente no lo cumplió y fue declarado rey de Inglaterra como Harold II el 6 de enero de 1066, aunque fue monarca por poco tiempo: murió en la batalla de Hastings, el 14 de octubre de ese mismo año. 

 
Escena 23: el anglosajón Harold Godwinson jura obediencia al duque Guillermo de Normandía como futuro sucesor al trono inglés, ya que así lo deseaba el monarca Eduardo el Confesor al que habría de suceder. Ese juramento se hizo sobre reliquias sagradas. Al parecer, Harold no respetó el juramento, y a la muerte de Eduardo el Confesor se hizo coronar como rey de Inglaterra. Para Guillermo el Conquistador este hecho será una excusa perfecta para la invasión normanda de Inglaterra.


Un "cómic" medieval

Este lienzo bordado que es el tapiz de Bayeux es una  crónica medieval que mide casi setenta metros de largo por medio de alto. Es uno de los precedentes remotos del cómic, como el mesopotámico Estandarte de Ur o la columna trajana de Roma.
Presenta 58 escenas que se distribuyen horizontalmente: 25 transcurren en Francia y 33  en Inglaterra. Son imágenes acompañadas de textos explicativos en latín. El texto es meramente descriptivo, sin diálogos.  Se cree que faltan escenas o que nunca llegó a ser terminado en su totalidad. Por ejemplo, no aparece la coronación de Guillermo el Conquistador en la Abadía de Westminster.
Las escenas se enmarcan en registros o bandas cuyos bordes, superior e inferior están decorados con imágenes de animales fantásticos o reales así como de fábulas -inspiradas en Esopo- o escenas de vida cotidiana como labores agrícolas. Aparecen un total de 626 personajes, 37 edificios, 41 navíos, 202 caballos y mulas, 55 perros, 49 árboles e innombrables objetos cotidianos de uso diverso.
 
  Detalle de la escena 12 en la que aparece el palacio ducal de Rouen. Fuente de la imagen: Wikipedia.
                 
En cuanto a las referencias arquitectónicas, cabe destacar la presencia de numerosos castillos y palacios así como catedrales, iglesias y monasterios como la Abadía del Mont-St-Michel. Abundan elementos característicos de la arquitectura románica como los arcos de medio punto, columnas de capiteles variados y cubiertas a dos aguas.
 
Escena 22: aparece el duque Guillermo de Normandía llegando a Bayeux donde se aprecia un castillo representado de forma muy esquemática.
 
 

                                 Detalle de la escenas 16: la Abadía del Mont-St-Michel.
 
No faltan las referencias al mobiliario, por ejemplo, los faldistorios con cojines y patas terminadas en cabezas y garras de león. Es habitual la presencia de un escabel para apoyar los pies.

En la escena 25 encontramos al rey Eduardo el Confesor en su palacio, sentado en lo que parece ser un faldistorio. Los faldistorios eran sillas en forma de X, herederas de la silla curul romana. La utilizaban principalmente los reyes y el alto clero durante la época medieval. Fuente de la imagen: Wikipedia.
 
 
Una de las escenas más fascinantes del tapiz es la de un banquete en el que encontramos todo tipo de manjares como asados, brochetas y pescado en una mesa de forma semicircular. En ella el obispo Odo bendice la mesa. Observamos que ya no comen tumbados, como en la Antigüedad, sino sentados: así es como habitualmente comían las mujeres, los niños y los pobres. Sin duda esta nueva forma de comer fue adoptada bajo la infuencia igualitaria del cristianismo.
Se suceden las escenas: de izquierda a derecha vemos como se cocinan los asados -aparece un cocinero barbudo- y cómo un sirviente llama con un cuerno a la mesa. Uno de los sirvientes parece ser un copero que va a servir el vino. Los sirvientes están preparando las viandas sobre una improvisada mesa hecha con escudos invertidos.

                      Escena 42: cocinando para el banquete. Fuente de la imagen: Wikipedia 

                 Escena 43: cocinando para el banquete. Fuente de la imagen: Wikipedia 

 

 
Escena 43: banquete presidido y bendecido por Odon. Fuente de la imagen: Wikipedia Commons.

El tapiz de Bayeux es una fuente documental de primer orden para conocer la construcción naval en la Edad Media: concretamente podemos apreciar la presencia de los célebres barcos de origen vikingo llamados drakkars.


Representación de un drakkar en el tapiz de Bayeux. Fuente de la imagen: Wikipedia

La indumentaria medieval en el tapiz de Bayeux

El tapiz de Bayeux refleja con bastante detalle  la indumentaria del siglo XI, correspondiente estilísticamente a la Plena Edad Media, la época del románico.  Esa uniformidad del románico por toda Europa se explica por el carácter internacional de ese estilo. 
En una sociedad tan jerarquizada como era la medieval en la cual están claramente diferenciados los distintos estamentos, la indumentaria era un signo de diferenciación social, económica y cultural. La distinción social se mostraba a través de la  ornamentación -incluyendo las joyas-, el color y la riqueza del tejido. 
Incluso el propio peinado podía ser signo de diferenciación identitaria, como podemos comprobar en este tapiz: los normandos aparecen con pelo muy corto, rasurado el rostro y la nuca. Pueden presentar también grandes mostachos o bigotes. Los anglosajones, en cambio, llevan el pelo más largo, con rostros barbados o con bigote.



Eustache II de Boulogne, francés descendiente de Carlomagno y padre de Godofredo de Bouillon,  lleva un estilizado bigote, de hecho le llamaban Eustache aux Grenons: "el de los largos bigotes". Fue una figura clave de la conquista normanda de Inglaterra. Fuente de la imagen: Wikipedia.com


Los clérigos eran identificables también por su corte de pelo, tanto si pertenecían al alto como al bajo clero gracias a la tonsura. La tonsura surgió en la Edad Media: consistía en rapar parcialmente el cabello en forma de círculo en la parte superior o coronilla. 

Era un símbolo del clero religioso y de su renuncia al mundo. Así se distinguían de bárbaros y soldados. En ningún caso se afeitaban todo el cabello ya que eso sería una marca infamante como la de los esclavos en Roma como señaló San Jerónimo en su Carta a Nepociano.


En cuanto a la indumentaria que aparece en el tapiz de Bayeux, nos llama la atención el rico colorido de la misma (rojos, azules, amarillos, verdes) y la presencia abrumadora de equipamiento militar, dada la temática de la obra. Así encontramos cotas de malla, cascos, escudos, lanzas, flechas, hachas, jabalinas,  espadas...


Reconstrucción de una figura de soldado normando en el Museo del Tapiz de Bayeux. Lleva casque à nasal,  broigne y escudo.

Los caballeros normandos que aparecen en el tapiz de Bayeux llevan un justaucorp llamado broigne: es una tipología de cota de malla ligera, compuesta por miles de anillas de hierro, que van cosidas a un indumento (tela o cuero) que les sirve de soporte. Cubre el cuerpo hasta la altura de las rodillas. 
En la cabeza llevan una capucha de malla y sobre ella un casque à nasal, es decir, un yelmo con protección para la nariz.
El escudo de madera, de forma almendrada, iba recubierto de cuero, con insignias heráldicas. 

Escena 37: soldados embarcando broignes y distintos objetos para la guerra. Fuente de la imagen: https://blog.armae.com
 
La indumentaria básica masculina muestra claramente la herencia grecorromana: consta de una túnica o saya holgada -la gonela- acinturada y con forma de T. Estas prendas estaban compuestas de rectángulos de tela cosidas de diferentes calidades y colores. No sobrepasaban las rodillas. Con frencuencia son de corte evasé.
Las más suntuosas podían ser de seda bordada en oro importada de Oriente. 


Algunos personajes llevan pantalones cortos o una especie de falda-pantalón de nomenclatura desconocida.

El cuello de las túnicas que más predomina es el llamado amigaut: es un cuello abierto con forma redondeada que marca una hendidura en el escote. Al parecer tiene origen oriental.
En cuanto a los sobretodos aparecen mantos y capas. Las capas que encontramos en el tapiz de Bayeux nos recuerdan a las clámides, y van sujetas con un broche o fíbula sobre un hombro. 

Las mangas son largas y en general, ceñidas. Las piernas van cubiertas con bragas o calzas. 

La indumentaria eclesiástica se fue paulatinamente diferenciando de las prendas laicas, pudiendo distinguirse como indumentos clave las túnicas talares  (tipo alba), las dalmáticas -de mangas cortas-, la casulla -capa sin mangas- y el palio. El palio se colocaba sobre los hombros y se extendía hasta el bajo de la túnica como vemos en la imagen de Stigand, el arzobispo de Canterbury.


Los reyes que aparecen en el tapiz (Eduardo el Confesor, Harold II) suelen son reconocibles por los símbolos alusivos a la monarquía: corona, el cetro,  trono (generalmente un faldistorio) y en algún caso, el globo terráqueo. La indumentaria que llevan  se caracteriza por una ornamentación más detallada -posiblemente con aplicaciones de orfebrería- como vemos ya desde la primera escena en el rey anglosajón Eduardo el Confesor.



El rey Eduardo el Confesor en la primera escena del tapiz de Bayeux. Aparece sentado -símbolo de autoridad- sobre un trono faldistorio con cabezas y garras de león tallados. Fuente de la imagen: todayinbritishistory.com



Escena 29-30. Harold accede al trono entre el arzobispo de Canterbury, Stigand, nobles que le presentan una espada  y el pueblo que lo aclama. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons 



Figura representando a Guillermo I de Inglaterra tras ser coronado rey de Inglaterra, en el Museo de Bayeux. Recordemos que en el tapiz no aparece este tema.

Escena 4: se aprecia como dos sirvientes o soldados van arremangados para embarcar. Uno lleva un perro y otro un ave. Fuente de la imagen: Wikipedia.





En el tapiz de Bayeux aparecen 626 personajes pero de ellos solo 6 son mujeres: tres figuran en el registro central y otras tres en las bandas de los bordes. 
La primera que aparece es una misterosa mujer denominada Aelfgyva (escena 15). Parece estar recibiendo la absolución por parte de un hombre en el que se aprecia tonsura, por lo tanto es un sacerdote. Curiosamente en el borde inferior un hombre exhibe sus órganos genitales. Puede que exista algún tipo de relación entre la escena central y la figura masculina del borde inferior.
Aelfgyva lleva puesto una túnica talar y una toca.


Escena 15: Aelfgyva.  Fuente de la imagen: Wikipedia.

Aunque el texto latino no nos da su nombre, la segunda mujer no puede ser otra que la reina Édith (escena 27). Aparece velada y compungida, sentada al pie de la cama de su marido, el rey Eduardo el Confesor que afronta sus últimos instantes de vida. 


 
Detalle de la escena 27-28 en la que se aprecia la cabeza velada de la reina Édith ante el rey Eduardo el Confesor muy enfermo. Fuente de la imagen: alamy.com


La tercera es anónima y aparece en la escena 47:  una mujer escapando con su hijo del incendio de una casa provocado por las tropas normandas.  Estos dos personajes simbolizan a la viuda y el huérfano. La mujer lleva un amplio traje talar con amplias bocamangas, posiblemente de las llamadas perdidas, que eran de origen bizantino y que en ocasiones se anudaban en los extremos para evitar pisarlas. La indumentaria que lleva es prácticamente idéntica a la de Aelfgyva. 

Escena 47:  una mujer que escapa con su hijo de un incendio provocado por las tropas del duque Guillermo para facilitar su avance.


El resto de mujeres que aparecen en el tapiz, en total tres, van desnudas y se encuentran en los bordes inferior (escena 13) y superior (escena 48 del tapiz).

Avatares históricos del tapiz de Bayeux

El tapiz de Bayeux fue declarada en 1840 monumento histórico gracias al escritor Prosper Merimée y está inscrita en el registro de "Mémoire du Monde" de la Unesco desde 2007.
Ha sufrido todo tipo de avatares que han mermado su conservación como las manchas producidas por la cera de las velas de la catedral. Corrió grave peligro durante la Revolución francesa y fue restaurada en el siglo XIX. Fue objeto de estudio por los nazis que quisieron incautarla y durante la II Guerra Mundial  fue trasladada en depósito al castillo de Sourches y después al Museo del Louvre de París.
 

Imagen de un documental franco-alemán "El tapiz de Bayeux: un mito bordado" (dirigido por
Wilfried Hauke, 2022) Fuente de la imagen: https://actu.fr/normandie/bayeux_14047/bayeux-quand-la-tapisserie-se-retrouve-entre-les-mains-des-nazis_45177212.html
 
En el memorial en homenaje a los soldados de la Commonwealth caídos en la Batalla de Normandía (1944), en el cementerio militar británico de Bayeux están inscritas estas palabras en latín: "Nos a Gulielmo victi victoris patriam liberavimus" (Nosotros, vencidos por Guillermo, hemos liberado a la patria de nuestro vencedor). 
 

Memorial del cementerio militar británico de Bayeux. Fuente de la imagen: https://www.france-voyage.com/francia-fotos/cementerio-britanico-bayeux-830.htm


PARA SABER MÁS
 
*Las imágenes del tapiz de Bayeux en detalle en este enlace. 
 
*Las referencia visuales del tapiz de Bayeux en la cultura popular.
 
*En el Museo de Reading (Inglaterra) hay una réplica del tapiz de Bayeux realizada en el siglo XIX.

*Video animado sobre el tapiz de Bayeux.



FUENTES DE DOCUMENTACIÓN

*El Museo de Bayeux.
 
*El sitio web del Museo de Bayeux.

*LEMAGNEN, S. (2019): La Tapisserie de Bayeux, Orep Editions, Bayeux.

*VIGARELLO, G., (2017): La robe. Un histoire culturelle. Du Moyen Age à aujourd´hui. Editions du Seuil.

*VVAA, (2015): Le costume française, Flammarion, Paris.


* VVAA, (2015): À table au Moyen Age, Association des Amis Tour Jean sans Peur, Paris.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

0.5. LA INDUMENTARIA EN LA ANTIGÜEDAD: ROMA

La indumentaria romana aparece reproducida en numerosos cuadros del siglo XIX

1. Introducción

1.1. Marco cronológico y geográfico

Entre la fecha mítica  de la fundación de Roma (753 a de C) y la de su caída (476 d. C.: invasiones bárbaras) se desarrolla una de las civilizaciones más brillantes de toda la historia de la humanidad. 



Roma, en un principio sólo una ciudad, se convirtió en la capital de un inmenso imperioque abarcó gran parte del mediterráneo (el Mare Nostrum): Italia, Grecia, Hispania, norte de África, Asia Menor, etc.

1.2. El Contexto. Sociedad, Arte y Cultura

Es difícil entender Roma sin la influencia de Grecia, conformando ambas dos piezas de una misma unidad, el mundo clásico.  
Recordemos que Grecia fue definitivamente incorporada al imperio romano en el año 145 a.C. La civilización griega trasmitió a Roma el ideal de belleza clásica. Pero es esencial también las aportaciones de los etruscos, base esencial de la cultura romana.
Como ocurría con Grecia, Roma será otro de los pilares de la futura cultura occidental. 
Su religión se asemeja mucho a la griega, ya que de ella toma sus dioses, aunque cambiándoles el nombre, a los que añadirá además dioses locales y otros heredados de los etruscos, sus emperadores divinizados… Recordemos que el cristianismo surgió en plena época del Imperio romano en una zona romanizada, Palestina. Pero pronto los cristianos empezarían a ser perseguidos por los propios romanos hasta que en el siglo IV d. C. pasó a ser la religión oficial del Imperio. El último siglo del imperio romano es cristiano.
Tres formas de gobierno se desarrollaron sucesivamente en la civilización de la antigua Roma: monarquía –etrusca-, república e imperio. Era una sociedad esclavista que distinguía entre ciudadanos y no ciudadanos. Los esclavos que conseguían la libertad eran llamados libertos.
El arte romano va estrechamente ligado al poder político: presenta un fuerte carácter propagandístico a mayor gloria de Roma –Caput Mundi- y de su imperio. 
Los romanos nos dejaron como legado cultural: el derecho romano –base de nuestra legislación-, el idioma (el latín), el arte (desarrollaron todas las artes tanto las bellas artes como las artes decorativas) y las obras de ingeniería como calzadas, puentes y acueductos. Del latín derivan las lenguas romances o románicas: español, francés, italiano, portugués, rumano… 
El latín fue uno de los factores que propició la cohesión, la unión del imperio. Será el vehículo de comunicación y expresión por todo el Mare Nostrum y su presencia era cotidiana ya que aparecía en los manuscritos, monedas, inscripciones, relieves, pinturas, etc. Durante siglos será la lengua que se hablará en Europa hasta que surjan los diversos idiomas de nuestro continente en la Edad Media.
La Iglesia católica lo considerará su idioma por antonomasia. Los romanos tenían una máxima: “la palabra escrita perdura”, daban por lo tanto, mucha importancia a la escritura.

Entre las obras maestras del arte romano se incluyen templos (Maison Carré de Nimes; el Panteón de Roma), anfiteatros (Coliseo romano), pinturas, mosaicos, retratos, y todas las artes decorativas

En el mundo romano, a pesar de su magnitud, no hubo formas de arte locales, sino que en todas las provincias se trató de realizar el modelo de la capital. 

Ejemplo de inscripción latina; el origen del grafiti se encuentra en muchos edificios de Pompeya y Herculano; dos ejemplos pictóricas que muestran las tablillas de cera sobre las que se escribía en época romana

Hispania, producto de Roma
Los romanos tardaron dos siglos en conquistar España –con tremendas luchas-  desde el siglo III antes de Cristo hasta el año 19 antes de Cristo (siglo I a. C.). Cuando España fue romanizada, Hispania, fue una de las provincias más importantes del Imperio, siendo cuna de emperadores (Trajano, Adriano..), escritores (Marcial) y filósofos (Séneca). Entre los principales monumentos de arte romano en España destacan el acueducto de Segovia y el teatro de Mérida.

2. La Indumentaria en la Antigua Roma

2.1. Fuentes para su Estudio

El estudio de la indumentaria de la Antigüedad es un instrumento vital para conocer el estilo de vida de nuestros antepasados. 
Los vestigios materiales de indumentos romanos que nos han llegado son escasos. Nos proporcionan una información valiosísima sobre los tejidos utilizados, los tintes, etc. Se conservan en museos arqueológicos y de artes textiles.

Las fuentes iconográficas sobre la indumentaria de la antigua Roma son numerosas: esculturas (como la de Augusto Prima Porta), pinturas (como ésta encontrada en la Domus Áurea de Nerón en Roma), mosaicos, orfebrería (pátera de oro de Rennes, c. 210)


En cuanto a las fuentes iconográficas proceden de esculturas –tanto relieves como figuras exentas-, pintura, mosaicos e incluso artes decorativas (representaciones figurativas en artes del metal, joyería, orfebrería, etc.)
Asimismo hay que tener en cuenta las referencias a la indumentaria que aparecen en las fuentes documentales (Plinio el Viejo, Tácito) y literarias (Cicerón, Quintiliano, Catón, Juvenal, Marcial, etc.)

2.2. Claves de la Indumentaria de la Antigua Roma

La indumentaria de la Antigua Roma es una de las mejor conocidas de la Antigüedad, y ha sido reproducida en pinturas y esculturas de distintas épocas hasta la saciedad –particularmente en el siglo XIX-. 
En los siglos XX y XXI es el cine “péplum” el que ha popularizado esta civilización.
Se basa en la indumentaria griega y etrusca, con aportaciones orientales.

Vestirse en Roma no era un mero acto de cubrirse y embellecerse. En efecto, la indumentaria romana a través de las tipologías de indumentos, los tejidos o el color se configuraba como un símbolo identitario del estatus social, económico e incluso político de los habitantes de su imperio, distinguiendo claramente entre ciudadanos y no ciudadanos. Era un espejo de su sociedad.

Roma, Caput Mundi, mucho más que la civilización griega,  buscará crear vestimentas de opulencia y lujo acorde con sus estamentos rectores de la sociedad. Roma superó a Grecia en suntuosidad y magnificencia en el vestir.
La pasión por el lujo –concepto de origen oriental- fue acorde con los gustos refinados de las élites imperiales, amantes del arte y del hedonismo. 
Conviene recordar que los romanos expoliaron incalculables tesoros que comenzaron a engrosar las arcas estatales y privadas en las que figuraban cantidades enormes de monedas de oro y plata, coronas, vajillas, joyas o piedras preciosas que suministraron ciudades como Siracusa, Corinto, Atenas o Delfos, así como localidades de Macedonia o Asia Menor. Lo ya iniciado en la última época republicana, se afianza en el siglo I de nuestra era, a lo largo de la dinastía Julio-Claudia, que vuelve a despojar a las sufridas ciudades griegas de sus últimos restos de riqueza y aún más cuando las ampliaciones de las conquistas imperiales en el Oriente ponen a estos romanos en contacto con un lujo extremo y una opulencia que supera los sueños occidentales. 

         Catón el Viejo y Cicerón, dos azotes contra el lujo y la corrupción de las tradiciones romana

Nada sirvieron contra esta insaciable carrera los escritos o discursos de quienes como Tito Livio, Catón, Cicerón y muchos historiadores, literatos o filósofos, pretendían conservar intacta la tradicional sobriedad de costumbres, sinónimo de virtud para ellos, que, a salvo durante algunos siglos, fue uno de los valores morales de Roma llamado a desaparecer en primer lugar.
En este sentido, hay que señalar que hubo leyes y regulaciones que censuraban el lujo extremo por lo que se refiere a la utilización de suntuosos vestidos y joyas, especialmente si eran llevadas por mujeres. Un político, escritor y militar romano llamado Marcus Porcius Cato, conocido como Catón el Viejo (234-149 a de C) y apodado el Censor –Censorius- fue el impulsor de estas normas restrictivas. Y es que en su trabajo como censor, fue un acérrimo defensor de las tradiciones romanas en contraposición al lujo de la corriente helenística procedente de Oriente. Tan estricto fue y tanto predicamento tuvo, que incluso en Roma, no estaba bien visto que los senadores llevaran joyas de oro, ni siquiera en privado.

La indumentaria romana perduró durante siglos influyendo en la vestimenta bizantina y la medieval. 
Los niños llevaban versiones en pequeño de la ropa de los adultos.
Como sabemos la mayor parte de la indumentaria romana se basa en la griega, especialmente la toga que corresponde al himation griego y a la tebenna etrusca. 



Los materiales utilizados eran muy similares a los de los antiguos griegos pero el proceso de fabricación había mejorado siendo los tejidos de mucha mejor calidad.
Empleaban lana, seda y algodón así como lino, pieles (cuero, etc.)
La lana era la fibra más utilizada, y eran muy cotizadas las prendas de lana de Tarento. Continuaban innovaban buscando mejorar la calidad de los tejidos que producían y consumían. La seda, como era habitual en otras culturas, era muy costosa, al alcance de muy pocos.
El cuero y la piel –de oveja o cerdo- en general, fueron utilizados para protegerse del frío pero sobre todo para el calzado y los cinturones. Llevar pieles de animales era muy popular entre las legiones romanas. La cabeza del animal la portaban sobre los cascos.
En la fabricación de los tejidos utilizaban herramientas similares a las que fueron usados en la Edad Media.

Utilizaban tintes procedentes sobre todo de Tiro, en el Líbano (antigua Fenicia). Era muy codiciado el colorante púrpura o violeta que procedía de un molusco marino– el Murex -. El color rojo-púrpura era el color de los emperadores y el que llevaban en sus estolas las mujeres más adineradas.
Entre los tintes vegetales el más habitual era el índigo que propiciaba sombras azules y amarillas. Según Plinio el Viejo, el color negro era más preferido que el rojo. El amarillo lo obtenían del azafrán, era muy caro y reservado para las mujeres casadas o las Vírgenes Vestales. Había muchos menos colores que en nuestra época actual.





Fresco romano de una fullonica –tienda de tintoreros- de Veranius Hypsaeus en Pompeya, Museo Arqueológico Nacional, Nápoles;  fullonica de Ostia Antica, el puerto de Roma, a dos pasos del actual aeropuerto de Fiumicino (Roma)

Las fullonicas eran las lavanderías-tintorerías de la época. En ellas se utilizaba orín humano para blanquear la ropa y fijar los colores de los tintes. Ej.: la fullonica del puerto de Roma (Ostia Antica).

2.3. Tipologías de Indumentaria Romana Masculina y Femenina

Las túnicas son el indumento por antonomasia de la vestimenta romana. Eran muy diversas, siempre más cortas para el hombre que para la mujer (largo talar).  

Podemos distinguir entre:
*Indumentos para mujeres: Estolas y Palla o Palio
*Indumentos para hombres: Túnica y Toga

*Las túnicas específicas para las mujeres se denominaban ESTOLAS – stola en latín -. Son el equivalente en Roma del chiton griego.  Y el chal o manto que llevaban por encima era la PALLA O PALIO (la himation griega). 




Las novias cristianas vestían de blanco, con velo. El color blanco, hoy como ayer, era símbolo de pureza y castidad. 



 Pintura romana que se conserva en los Museos Vaticanos. Muestra una joven con traje de novia blanco, propia de las cristianas

Las paganas llevan también velo pero de color amarillo anaranjado. Las novias solían llevar un cinturón de nudo de Hércules, como en Grecia (Heracles), de carácter apotropaico para promover la fertilidad, ya que ese héroe tuvo setenta hijos. La costumbre de los anillos en las bodas procede de Roma. 



                 Reconstrucción-aproximación de cómo podían ser las túnicas romanas

El indumento más habitual entre los hombres romanos eran las TÚNICAS de manga corta, atadas a la cintura con cinturón. Se llevaba habitualmente en los interiores de los edificios y era la prenda habitual de niños y esclavos. Las túnicas que llevaban los corredores de cuadrigas estaban teñidas según el color de su facción con la que competían.

                                                                 Túnica dalmática

La TÚNICA DALMÁTICA procede de Dalmacia (actual Croacia) y surgió en esa zona cuando estaba bajo el poder del Imperio romano. Esa túnica influirá en la vestimenta eclesiástica (sacerdotes) perviviendo hasta la actualidad.

Tenía manga corta o sin mangas, pero en la época imperial presentaba mangas. Estaba hecha de lana, lino o seda, y habitualmente la portaban los más pudientes y más tarde pasó a ser un indumento esencialmente eclesiástico –el origen del que llevan hoy los diáconos en las celebraciones litúrgicas-.  Se usaron en todo el imperio romano desde el siglo II.


Con todo, el manto más famoso de los romanos era la TOGA, símbolo de la ciudadanía masculina.


                     La toga romana, el indumento más representativo de la antigua Roma En la imagen: toga candida, toga praetexta, toga pulla y toga picta

Eran indumentos realizados en lana, pesados y de gran tamaño, pudiendo llegar a medir seis metros de largo por dos de ancho. Se llevaba enrollada alrededor del cuerpo. Era de corte elíptico, cerrada por abajo y abierta por arriba hasta la cintura. Se blanqueaban con orines y otros productos en las fullonicas. Eran prendas caras, exclusivas de ciudadanos romanos.
La incomodidad de llevar puesta semejante prenda la hacía impracticable para cualquier trabajo físico. Era imposible que uno mismo se pudiera poner esta túnica, era necesaria la ayuda de otra persona –habitualmente un esclavo- para colocarla correctamente.
Las estatuas de los emperadores servían de modelo para ajustarla con propiedad. 
Existía una gran variedad de tipologías de togas, en función de la finalidad, incluso de la edad: toga virilis –la habitual en los ciudadanos a partir de los 15-16 años; toga picta –con bordes dorados y distintos ornamentos-, la llevaban los generales victoriosos; toga praetexta (la llevaban los magistrados y los niños); toga candida (blanca, para candidatos políticos); toga pulla –negra, para funerales-; togas senatoriales (con ribetes púrpuras) etc.

2.4. Trascendencia de la Indumentaria Romana

La moda romana influirá en la del movimiento cultural llamado Neoclasicismo, durante los siglos XVIII y XIX pero sus  efectos perduran hasta nuestros días.

Ejemplos pictóricos neoclásicos (siglos XVIII-XIX) que muestran la moda de la época bajo la influencia de la indumentaria grecorromana

2.5. La Ropa Interior en la Antigua Roma

La ropa interior era muy simple, ya que eran sencillas fajas de tejido que sujetaban el pecho o protegían los órganos sexuales. Los hombres llevaban calzoncillos de cuero o lino.

Ropa interior masculina; mujeres practicando deporte, Mosaico de la villa romana de Casale en Piazza Armerina, Sicilia

Era la única prenda usada por esclavos y gladiadores, aunque los gladiadores portaban muy variados indumentos.
La túnica, que era la prenda básica para todo, también se usaba para dormir.

                                                                             
                                                     Ejemplos de fascia pectorali

Las mujeres a veces usaban  una especie de sujetador llamado fascia pectoralis que literalmente quiere decir faja de pecho. También era denominada strophium o mamillare

3. Accesorios. Calzado. Adornos y Joyas

3.1. El Calzado Romano

El calzado romano se base en el griego. Se fabricaba en cuero. La mujer solía usar sandalias. El hombre utilizaba calceus, una especie de zapato cerrado, y la caliga, calzado militar, una botita. El nombre del emperador Calígula deriva de ahí, era el “botitas”. 

Medias de lana, zapatos de piel y un trozo de una manga procedentes de una tumba romana del siglo II (Martres de Veyre), Museo Textil de Clermont Ferrand, Francia.


Los actores llevaban zapatos de corcho con altas plataformas derivados de los coturnos griegos. Había zapatos realizados en madera.


3.2. Peinados y Tocados. Joyas

Los romanos cuidaban mucho su aspecto externo. Los peinados los solían realizar los esclavos en las casas.


                     Los peinados romanos podían llegar a ser verdaderas obras de arte

En Roma no era costumbre llevar el cabello largo como los bárbaros del norte, pero sí barba y bigote.


Busto del emperador Julio César, con el característico peinado hacia adelante para disimular su más que incipiente calvicie, Museo Arqueológico de Nápoles; busto del emperador de origen español Adriano, con bigote y cuidada barba, Palacio de los Conservadores, Roma

Durante la República las mujeres romanas se peinaban de forma sencilla con un moño. En la época imperial, sin embargo, los peinados  alcanzaron una gran complejidad. Se convirtieron en un elemento esencial de la apariencia.
Las modas en los peinados se transmitían a través de las monedas, por eso llegaban a todo el imperio.
En los retratos femeninos escultóricos se otorgaba una gran importancia los peinados y tocados. Gracias a ellos, podemos fechar o datar cuando fueron realizados. Espectaculares son los peinados femeninos llamados “nidos de avispa” realizados con el instrumento llamado trépano –con el que se realizan pequeños agujeritos en la escultura-. 

                               Peinados “nido de avispa” realizados con trépano

Eran habituales los tintes, no tanto para disimular las canas como para cambiar de aspecto y seguir la moda. La elección del tinte no era baladí: indicaba toda una declaración de intenciones: el pelirrojo y el azul eran indicados sólo para las cortesanas y era sinónimo de mujeres “poco serias”.
Les gustaba mucho teñirse de rubias, y de negro “ébano”. Los hombres también se teñían el pelo.
Importaban, además, pelucas de pelo negro de la India y rubias de Alemania y eran frecuentes los postizos.

Retratos de El Fayum (siglos I-IV d C): obsérvese el gusto por las cejas muy pobladas y negras que maquillaban con diversos pigmentos

En cuando al maquillaje, se pintaban las mejillas y los labios de rojo, con sedimentos de vino tinto. Se pintaban los ojos con cenizas y polvos de antimonio, incluso con hormigas machacadas y con la tinta negra de sepia. 

A los antiguos romanos les gustaba adornarse con joyas de influencia etrusca y griega: diademas para el pelo, pendientes, collares, anillos, brazaletes, fíbulas, camafeos , etc. Eran joyas suntuosas, de rica policromía, realizadas en oro, plata, vidrio, perlas y gemas de colores como esmeraldas, amatistas, ónix, granate…ya que les gusta mucho la policromía que se obtiene al engarzar las piedras preciosas con metales nobles. 


Joyas romanas de oro y granate; anillo con retrato; anillo con moneda que representa al emperador de origen español Marco Aurelio, siglo II, Museo Británico

La variedad de materiales utilizados en sus joyas es debido a las posibilidades que el Imperio les propiciaba en obtener tan preciadas gemas a través de toda la zona mediterránea. Además tenían una extensa red de comercio –favorecido por sus vías o calzadas- que les permitía acceder a exóticos materiales y piedras preciosas gracias a la Ruta de la Seda que unía Oriente con Occidente. 
Una de las piedras favoritas de los romanos, fue el ámbar. De hecho, establecieron la “ruta del ámbar” para transportar tan preciada gema desde Gdansk (actual Polonia), que era el centro de producción de esta piedra más importante, a todo el Imperio. 
A finales de esta civilización, las gemas más exóticas procedentes de la India o Sri Lanka como los zafiros y topacios, fueron muy apreciadas.

Al parecer, la costumbre de la sortija de compromiso surgió en la antigua Roma. En un principio era un simple aro de hierro –siglo I- y a partir del II d.  C. se realizaba en oro. El anillo era un símbolo de promesa de amor eterno…
Los cristianos adoptaron la costumbre romana, convirtiendo al anillo en una parte de la ceremonia matrimonial. 
En general, los anillos romanos solían estar realizados en oro o electrón –palabra procedente del latín electrum- que era una aleación de oro y plata.  Con frecuencia llevaban una piedra semipreciosa que podía ser usada con cera caliente para sellar documentos.  


                   Estatua de un niño romano. Lleva puesto la bulla. Ejemplo de bulla

De carácter apotropaico eran las Bulla, que llevaban los niños desde que eran bebes. Consistía en una cadena con un estuchito con un amuleto, con frecuencia símbolos fálicos para potenciar su masculinidad. Estas piezas podían estar realizadas en diferentes metales, la más popular era el oro. También había anillos de oro con motivos fálicos para propiciar la buena suerte. Las niñas también llevaban bulla con amuletos en una cadena o cuerda hasta el día de su boda.



FUENTES DE DOCUMENTACIÓN

Bibliografía

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*Fernández-Villamil, C., Las artes aplicadas, Tomo 1, Madrid, 1975.
*Figueras, J., Historia de la Moda. Pasado, presente y futuro, Eiunsa, Madrid, 2012.
*Galeano Pérez, A., Atlas ilustrado. El peinado, historia y presente, Madrid, Ed. Susaeta,
*Laver, J., Breve historia del traje y la moda, Madrid, Cátedra, 1988.
*Rieff Anawalt, P, Historia del vestido, Blume, Barcelona, 2008

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