Descripción del blog


Este blog educativo está dedicado a la Historia del Arte en general, y a la Historia de las Artes Decorativas y el Diseño en particular. Apuntes de Fundamentos del Arte I y II. Resúmenes de Historia de la Indumentaria. Cine en el Arte, Arte en el Cine. Todos los textos han sido escritos por la autora del blog, Ana Galván Romarate-Zabala. Si los utilizas, cita las fuentes. Todas las imágenes contenidas en esta web tienen exclusivamente una intencionalidad didáctica. Si alguna imagen empleada vulnera derechos de autor, puede solicitar la retirada del material que considere de su propiedad intelectual. El contenido de mis artículos puede ser descargado libremente, pero por favor, cite la procedencia. Imagen que encabeza el blog: Un Bar aux Folies Bergère, Édouard Manet, c. 1882. Courtauld Institut, Londres. Fuente de la imagen: Wikimedia Commons. Public Domain

sábado, 7 de octubre de 2023

0.2. LOS ORÍGENES DE LA INDUMENTARIA: LA PREHISTORIA

Fuente de la imagen: http://www.nhm.ac.uk/discover/first-britons.html


Fuentes y dificultades para su estudio. Los primeros indicios: desde el Paleolítico a la revolución neolítica. La Edad de los Metales. Adornos y Joyas

Fuentes y dificultades para su estudio

Las investigaciones arqueológicas de los diversos asentamientos humanos y las muestras artísticas que en ellos se han ido descubriendo son una prueba palpable de que la preocupación o necesidad por la indumentaria se esconde en la noche de los tiempos. Aunque en un principio los ejemplos no eran demasiado abundantes, el paso del tiempo y las nuevas investigaciones han ido sacando a la luz muestras evidentes de que la raza humana se protegió y cubrió su cuerpo desde épocas remotas. Aunque este tipo de indumentaria no pueda ser incluido dentro del concepto actual de Moda sí nos permite visualizar los primeros trajes o vestidos que el hombre consiguió crear utilizando las fibras animales o vegetales que, en cada caso, tenía a su alcance y que, ayudado de su inventiva, consiguió ir creando su propia indumentaria; indumentaria que podríamos considerar de tipo funcional, aunque no podemos desechar otras hipótesis.
Como sabemos, la mejor fuente para conocer la vestimenta de una época, cuando no han sobrevivido vestigios de la misma, es mediante el arte y los testimonios escritos. En el caso de la prehistoria contamos con pocos ejemplos –algún ejemplo testimonial, alguna imagen de pintura rupestre- y ningún texto.
Los documentales históricos nos proporcionan información interesante basada en estudios de expertos científicos y prehistoriadores que reconstruyen el aspecto y vestimenta de nuestros antepasados prehistóricos. Es frecuente, también que en los museos arqueológicos –como en los estupendos Museo Arqueológico de Alicante o el Nacional de Madrid- podamos contemplar imágenes alusivas a la indumentaria prehistórica. Y no debemos olvidar las publicaciones de divulgación científica sobre la prehistoria, donde encontramos referencias a la indumentaria y adornos de los homínidos de aquella larga etapa.

                                                                                       Recreaciones de un Neanderthal y su vestimenta


Publicación sobre los neandertales de José Luis Arsuaga, uno de los grandes divulgadores científicos sobre la prehistoria en general y Atapuerca en particular; Sala dedicada a la prehistoria y cuentas de collar y conchas del Museo Arqueológico de Alicante.

Por lo demás, el cómic y el cine han dado rienda suelta a la creatividad e imaginación para mostrar cómo pudieron ser esas prendas, siendo ejemplos representativos de ellos Los picapiedraThe flinstons- y las películas Un millón de años antes de Cristo con Raquel Welch de protagonista y En busca del fuego (J-J., Annaud,1981) una libre adaptación de la novela de Aisné, con diálogos creados por Anthony Burguess.


El Paleolítico

Con el término Prehistoria denominamos a la etapa de la evolución histórica en la que no han aparecido documentos escritos. Es un periodo muy amplio en el tiempo que comprende casi la totalidad de la presencia humana sobre la tierra.
Durante este período se completa el proceso de hominización, es decir, el proceso de evolución de cierto grupo de primates para llegar a ser seres humanos. Nuestra especie “homo” lleva en el mundo entre 2.5 -3 millones de años pero los primeros humanos anatómicamente modernos datan de hace c. 100.000 años (homo sapiens sapiens)

El Paleolítico o edad de piedra antigua, se desarrolla hace 600.000 años -10.000 años. Se divide en tres etapas: inferior, medio y superior, según la evolución tecnológica de los útiles o herramientas que utilizaban. El estilo de vida era nómada y depredador, basado en la caza y en la utilización de la piedra –el sílex- que se usaban como herramienta para trabajar la madera, el hueso, etc. Vivían en cuevas. Durante esta etapa ya surge el arte (cuevas de Altamira).


                                            Reconstrucción de un homínido habitante de Atapuerca (Burgos). Fuente: Diario de Atapuerca  

Las pieles animales fueron las primeras materias primas utilizadas por el hombre, ya desde el Paleolítico. Para poder ser utilizadas como elemento de abrigo requerían algún tipo de tratamiento. En efecto, en su elaboración distinguimos varias fases: se comenzaba desollando al animal con ayuda de un instrumento de sílex afilado. Para obtener la piel en una sola pieza cortaban el vientre siguiendo el eje que une la cabeza y la cola; a continuación se eliminaban los residuos con un raspador y para evitar que las pieles se endurecieran, se humedecían y golpeaban repetidas veces. Si les añadían aceite o grasa se mantenían flexibles durante más tiempo. Posteriormente, a través del ácido tánico (contiene tanino) que obtenían macerando la corteza de ciertos árboles –robles y sauces sobre todo-, conseguían que las pieles fueran flexibles e impermeables, cortándose según la forma que quisieran antes de ser cosidas con agujas de marfil o hueso. También durante el Paleolítico Superior realizaban fibras vegetales, siendo su elaboración un proceso mucho más sencillo que el realizado con las pieles.  Fundamentalmente eran cuerdas que luego utilizaban como sistema de sujeción y transporte y también para elaborar prendas de vestir.

          Agujas paleolíticas; detalle de la Venus paleolítica de Brassempouy (Francia). Tallada en marfil, luce una especie de tocado-redecilla vegetal. (c. 22000 a de C)

La revolución neolítica

Cuando se analiza la etapa neolítica se considera que fue una verdadera revolución, ya que fue enorme el cambio que supuso el paso de sociedades nómadas, dedicadas a una vida depredadora, basada en la caza y pesca, frente al Neolítico que implicó que el hombre se hiciera sedentario y se dedicara a la agricultura y domesticación de animales como el cerdo o el perro. Es en ese contexto “revolucionario”, cuando surgen grandes inventos para la humanidad como la cerámica o las artes textiles, gracias a la invención de los telares. Paulatinamente se fueron sustituyendo las pieles, que no desaparecieron totalmente, por telas realizadas en lino como material más habitual. El empleo del algodón fue mucho más reciente ya que no se difundió en el Mediterráneo hasta el 700 a de C. Conocemos varios ejemplos de telares neolíticos –como los hallados en Suiza, por ejemplo- Son en esencia, dos vástagos o ramos tiernos de madera clavados en el suelo y rematados en forma horquillada, sobre los que descansa una tercera pieza horizontal en la que se enrollan los hilos de los que, para que permanezcan tensos, se cuelgan pesos diversos, permitiendo así el entrecruzamiento de hilos mediante el paso de una lanzadera. Los hilos que se disponen en forma paralela y tirantes forman la urdimbre mientras que los que se cruzan perpendicular y transversalmente constituyen la trama de un tejido. En esta forma de cruzar los hilos se puede observar una clara concomitancia con las labores de cestería prehistóricas, de cuya técnica es muy posible que derive. Las piezas neolíticas y de las edades del metal que nos han llegado son de reducidas dimensiones. Ya desde el neolítico se teñían las telas, habitualmente con colorantes de origen vegetal. Se han hallado ejemplos en tonalidades amarillas, rojas, azules...



                                          Reconstrucción vestimenta neolítico; un telar prehistórico; un detalle de tela de lino del neolítico




                                                       Fuente: el diario de Atapuerca: http://www.diariodeatapuerca.net/Untelarprehistorico.pdf

                   Sandalias neolíticas de esparto provenientes de la Cueva de los Murciélagos (Córdoba. Luis García, Creative commons). Zapato de piel de la Edad de Bronce encontrado en Holanda



                                                                                         Fuente: el diario de Atapuerca



                                                                                               Fuente: el diario de Atapuerca



Las pinturas neolíticas rupestres de Cogull, Lérida son los ejemplos más antiguos conocidos de representación de indumentaria en la Península Ibérica; detalle de –hasta el momento- la tela más antigua hallada en Gran Canaria, en la cueva de Gáldar (c. Siglo XV-XVI)


En las pinturas parietales de finales del Paleolítico y del Neolítico del Levante español encontramos testimonios de mujeres vestidas con faldas acampanadas y largas. En las pinturas de Valltorta (Castellón) aparecen también figuras masculinas con diversos tocados, plumas y cintas en la cabeza, tronco y extremidades.

La Edad de los Metales

La Edad de los Metales es la etapa posterior al Neolítico, se desarrolla a partir del IV-III milenio. Se divide en Edad del Cobre, Edad del Bronce y Edad del Hierro. En este periodo el hombre accede a estos metales: la utilización del metal es buena prueba de sociedades más desarrolladas, en la que aumentan los intercambios comerciales. Supone un gran avance de la economía.
Con los inicios de la Edad de los Metales asistimos a la incorporación de la lana como material utilizado por el hombre prehistórico para la elaboración de sus tejidos y a la difusión de las joyas entre los sectores más poderosos de la sociedad.


Entre los ejemplos más relevantes que nos han llegado de indumentaria de la Edad de los Metales, concretamente de la Edad del Cobre (cuarto milenio a. de C.), destaca Ötzi, el hombre que vino del hielo.
Ötzi es el nombre con el que los arqueólogos denominaron a los restos humanos de una momia congelada en los Alpes. Es una de las momias más antiguas del mundo. Se denomina así porque su descubrimiento fue cercano al valle de Ötz, entre Austria e Italia. Fue hallada en 1991.

            Indumentaria, útiles y herramientas que Ötzi llevaba consigo. Fuente de la imagen: iceman.it


Hasta ese momento, nunca se habían encontrado restos humanos tan antiguos con una indumentaria bastante completa y con varias pertenencias personales. 
La vestimenta cubría su pecho, también llevaba un gorro de piel, pantalones, un taparrabos,  un cinturón,  un par de zapatos y una capa hecha de hierba o paja. 
Ninguno de sus ropas estaban hechas con un tejidos. Procedían de pieles de animales y fibras vegetales. Han sido restauradas en el Römisch-Germanisches Zentralmuseum de Mainz (Maguncia),  Alemania.

Reconstrucción de la indumentaria de Ötzi. Fuente de la imagen: http://www.age-of-the-sage.org/archaeology/otzi_the_iceman.html

Adornos y Joyas

Se piensa que hacia el 30000 antes de Cristo los homínidos adornaban sus cuerpos con pendientes y collares, no sólo como posibles talismanes para una caza fructífera, sino también como forma de decoración. E incluso que pintaban y maquillaban sus cuerpos. La pintura corporal –como en los aborígenes australianos- debía tener una parte importante en la indumentaria como forma de ornamentación.
Las imágenes de los primeros cuidados del cuerpo femenino se han producido en grabados rupestres escandinavos descubiertos en grutas cercanas a Oslo (Noruega). En ellos aparece una mujer que embadurna su cara con ¿grasa de reno? animal que aparece representado junto a ella.


Nuestro conocimiento de la joyería en la prehistoria depende casi enteramente de piezas que estaban enterradas en las necrópolis con sus difuntos o escondidas durante tiempos de guerra. Inevitablemente, revelan sólo una fracción de lo que pudo haberse llevado en este periodo. Y es que en la Prehistoria, como también en la etapa de la Antigüedad, las joyas presentan con frecuencia un valor simbólico-ritual apotropaico y de prestigio no exento del deseo de adornar el cuerpo mediante objetos que consideraban bellos. Formaban parte de los ajuares funerarios acompañando al difunto para la vida del más allá. Encontramos, así, enterramientos “alhajados” con diademas, collares, anillos o brazaletes realizados con piedras de colores, huesos y dientes de animales o conchas marinas. Andando el tiempo, estas tipologías serán realizadas en oro, plata u otros metales.

Enterramiento argárico de Herrerías, Granada. Bronce Medio (hacia el 1500 a.C.). Museo Arqueológico Nacional;
Restos de un cráneo con diadema de plata de la cultura de El Argar (Sepultura femenina nº 62), Bronce Pleno en el sur de España.


El oro fue el principal metal utilizado, como lo será también en la etapa de la Antigüedad. Se valoraba su brillo y color, así como su maleabilidad. La plata empezará a utilizarse a partir de la Edad de Hierro, su aparición es más tardía que la del oro.

                    Collar de la Edad de Bronce; collar de un neandertal con restos de policromía; brazaletes de la Edad de Bronce

En adornos y joyas habría que esperar a Mesopotamia y Egipto para encontrar diseños más elaborados, pero en la Edad de los Metales hay ya ejemplos de un lujo y refinamiento muy sofisticado. Así por ejemplo, en Stonehenge (Inglaterra) –Edad de Bronce-, donde se han hallado objetos cónicos a modo de botones realizados en azabache, brazaletes de bronce ribeteados en oro,  pendientes etc.



PARA SABER MÁS

Blog del profesor Pablo Pena http://historiadeltraje.blogspot.com
Sitio web del Museo de Evolución humana de Burgos http://www.museoevolucionhumana.com/es
Sitio web de Atapuerca http://www.atapuerca.org
www.diariodeatapuerca.net
Museo Arqueológico Nacional MAN: http://www.man.es/man/home.html
Joyería y orfebrería de la Prehistoria en Galicia, Lugo, 1996. http://www.oocities.org/rainforest/1185/prog9596.htm
Ötzi, el hombre que vino del hielo: http://artpower-ana.blogspot.com/2015/09/la-indumentaria-en-la-prehistoria-otzi.html

miércoles, 27 de septiembre de 2023

0.1 INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA INDUMENTARIA


TEMA 1. INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA INDUMENTARIA


El concepto de indumentaria. Indumentaria versus moda
 

Al abordar el intrincado mundo de la indumentaria hemos de tener presente que trazar su historia es contar el relato del ser humano, puesto que está estrechamente relacionada con la cultura de un pueblo en una época determinada. Según el diccionario de la RAE, el término indumentaria que procede del vocablo latino “indumento”, significa en su primera acepción, “perteneciente o relativo al vestido” y en una segunda, “estudio histórico del traje”. 

Debemos partir de la premisa de que el concepto de moda e indumentaria no son stricto sensu sinónimos y como afirma Carmen Abad-Zardoya es algo obvio que a menudo se pasa por alto.

La palabra moda procede del francés mode y éste a su vez del latín modus -modo, medida, moderación- y también manera, en francés façon, que dará lugar a fashion en inglés. Mode fue un término acuñado en el siglo XVII en Francia, al menos, así aparece en sus diccionarios, y sorprendentemente se difundió por Europa, con sus equivalentes en otros idiomas, coetáneamente. Así por ejemplo, en español, la primera mención a esta palabra procede de un literato, Luis Vélez de Guevara en su novela El diablo cojuelo (1641). 

Hay que señalar que el concepto de moda es mucho más amplio y complejo que el de indumentaria. La RAE subraya que la moda tiene que ver con usos y costumbres en su primera acepción, sin aludir al vestir. De hecho, el Diccionario de María Moliner argumenta lo mismo, ya que puede darse moda en muchos aspectos como mobiliario o literatura… aunque también señala que “si no se especifica otra cosa, se entiende la moda en el vestido”. La segunda y tercera acepción de la RAE ya definen de forma muy concreta la moda, haciendo referencia a la vestimenta.

La indumentaria es el traje o vestido, con sus diferentes tipologías y acepciones, que incluyen todo tipo de accesorios y complementos. 

La historia de la moda corre paralela a la del gusto colectivo de una sociedad, de una época, de un país, de una ciudad. Es el imperio de lo efímero, marcado por tendencias de naturaleza inconstante, que apuestan por lo nuevo y fugaz sin renunciar a revivals del pasado, aunque solo sea para negarlos.

 

Así las cosas, podemos considerar que la moda en sentido lato, total, es eterna, ha existido desde la noche de los tiempos, porque siempre han surgido creadores de estilo y se han marcado tendencias.  Ahora bien, en sentido estricto, los orígenes de la moda pueden cifrarse en distintos periodos históricos siendo sus tres grandes hitos:  la Baja Edad Media y los siglos XVII y XIX.

La mayoría de los historiadores coinciden en considerar que la moda en el vestir surgió en la Baja Edad Media, concretamente en el siglo XIV, en las cortes europeas. Apareció vinculada al surgimiento del traje anatómico que marcaba un claro dimorfismo sexual entre hombres y mujeres, coincidente con el incipiente capitalismo mercantil y el desarrollo de las ciudades. 

Un segundo momento sería en el siglo XVII: surge el sistema de la moda vinculado a un monarca, el Rey Sol y a su corte versallesca. Luis XIV, árbitro de la moda, hará de París la capital hegemónica de la moda, la quintaesencia del lujo y la elegancia chic: es el Grand Siècle. Fue entonces cuando surgieron las temporadas en la moda, las primeras publicaciones dedicadas a las novedosas tendencias en el vestir como el Mercure Galant, mientras se difundían grabados y muñecas con las últimas tendencias, estas últimas desde Francia a las cortes europeas.


Y un tercer momento, y no menos importante, fue el siglo XIX: se suceden las tendencias a velocidad de vértigo, se consolida el auge de las revistas de moda y su difusión,  surge la Haute Couture (Alta Costura) en París creación del diseñador inglés Worth, y se afianza la industria de la moda con el surgimiento de los grandes almacenes. La Revolución industrial en su vertiente textil hará el resto.

La historia del traje puede y debe ser abordada desde múltiples perspectivas y desde disciplinas afines y complementarias. Lejos de ser simplemente un fenómeno frívolo o superficial, es un tema relevante para los antropólogos, así como para los historiadores de la moda y del arte, los economistas, los filósofos, los sociólogos, psicólogos o psicoanalistas.
Entre los grandes teóricos de la historia de la moda podemos destacar a James Laver, Georg Simmel o el psicoanalista J.C. Flügel, autor del texto canónico por excelencia, Psicología del traje. Es asimismo una cuestión tratada por intelectuales y literatos de la talla de Honoré de Balzac, Walter Benjamin, Charles Baudelaire, Pardo Bazán, Galdós, H.G. Wells o Sartre suscitando el interés de semiólogos como Umberto Eco u Omar Calabrese. 


La variedad tipológica en el caso de la indumentaria va vinculada al marco geográfico, clima, profesiones, épocas, creencias y costumbre, así como a la riqueza-pobreza de sus poseedores y de los materiales. 

Los materiales determinan en numerosas ocasiones la tipología. Éstos han ido evolucionando y sofisticándose con el paso del tiempo. Históricamente, algunos han sido y son muy demandados, dando lugar a rutas comerciales para su difusión. Podemos distinguir entre materiales de origen natural  sean de origen animal como la seda, la lana o el cuero o de origen vegetal, como el algodón o el lino o artificial como el poliéster. Por lo que se refiere a las pieles, las más apreciadas son las de armiño, lince, martas cibelinas, zorros, chinchillas y visones. En la actualidad el uso de las pieles suscita muchas controversias siendo su uso muy políticamente incorrecto.

Los vocablos con los que denominamos a la indumentaria son complejos y variados, diferentes según las distintas épocas. Abundan  sobre todo los anglicismos, pero también los galicismos e italianismos. Estos términos están en continuo cambio y evolución, y raro es el año en el que no se incorporan palabras nuevas, muchas veces ligadas a la música, tribus urbanas o al cine.
Hay que señalar que la vestimenta incluye también a los accesorios o complementos, de vital importancia según las épocas, como los guantes, el calzado,  los sombreros, los abanicos, los bolsos, los chales, los paraguas y por supuesto, las joyas.


Función y significación

 
La explicación bíblica de la necesidad del vestido como fruto de la vergüenza y pudor que sienten Adán y Eva por haber pecado está en la base de la negativa mentalidad judeo-cristiana sobre el cuerpo. La carne, junto con el mundo y el demonio, serían los monstruos a batir. De ahí la dualidad alma-cuerpo, como dos caras de la misma moneda, que por lo demás encontraremos en algunos filósofos y doctrinas filosóficas. La desnudez o la ropa considerada “inadecuada” es castigada severamente en muchos países del mundo, especialmente en los que impera la Sharía islámica.

 

Es claro que nos vestimos por diversas razones: para cubrirnos y enfrentarnos al clima (frío, lluvia, protección contra el viento, el sol, el sudor); por pudor y también para resultar atractivos para nosotros mismos y para los demás. La indumentaria es un poderoso instrumento de seducción. Pero la función y significación de la indumentaria traspasa lo meramente funcional y decorativo.
El vestido es una forma de expresión y comunicación no verbal muy personal y compleja: por un lado, subraya nuestra identidad, diferenciándonos de los demás, pero por otro lado nos liga a un grupo. Reflejo del Zeitgeist, el traje se configura así como un sistema de signos cuya descodificación informa a la sociedad de cómo somos, sentimos y pensamos. Lo que llevamos puesto nos delata: nuestros gustos, ideología, nivel económico, forma de sentir y ver la vida. Por la ropa podemos deducir la profesión, el grupo social, la zona de procedencia o las creencias religiosas. Somos como los “hombres jeroglíficos” a los que aludía Balzac que hay que interpretar a través de lo que llevamos puesto.
Por lo demás, la moda puede ser un instrumento desde el poder para perpetuar el orden social establecido -como prueban las leyes suntuarias- y lo contrario, puede socavar las estructuras sociales y sus privilegios, siendo fermento de cambios en las mentalidades. El poder se expresa mediante la magnificencia de los indumentos que portan reyes, emperadores y aristócratas. Las diatribas de escritores, moralistas y eclesiásticos contra la tiranía de la moda o determinados indumentos es una constante en la historia.


Por lo demás, la vestimenta no está exenta de connotaciones simbólicas y políticas como podemos observar en el Motín de Esquilache en España o en la Revolución francesa.


No ha sido ni es infrecuente que la vestimenta humana haya supuesto la agresión al propio cuerpo y no sólo a través de la incomodidad –con el uso de ciertas prendas como los corsés o los tacones de 12 cm- que ciertas formas de vestir reflejan sino a través de rígidos cánones estéticos que por diversos factores se han aplicado a los seres humanos. De hecho, cuando estudiamos la historia de la moda, tanto masculina como femenina, pero sobre todo la destinada a las mujeres, no podemos dejar de sentir un escalofrío al analizar la larga lista de diseños que durante siglos han torturado y tiranizado, hoy como ayer,  a hombres y mujeres.


Arte y Moda
 

Tradicionalmente la historia de la indumentaria ha estado profundamente imbricada con la historia del arte, por eso podemos apreciar su mutua influencia a través de los siglos, siendo muy diferente según las distintas épocas y civilizaciones. Van unidas a los usos y costumbres sociales, son parte de nuestra cultura, de nuestra historia.
La historia del traje puede ser estudiada siguiendo criterios cronológicos y estilísticos, ya que es reflejo de los movimientos culturales de una época, en conexión siempre con el resto de las artes, la filosofía, la música o el cine.
Esta ligazón se ha hecho particularmente evidente en los estilos que inciden en la creación de un arte total que englobe todas las artes como el Barroco, el Rococó, el Art Nouveau, o el Art Déco.

El mundo de la moda es un ámbito privilegiado donde los diseñadores intentan innovar, sorprender y gustar, a partes iguales, dando rienda suelta a la creatividad. Los hay que han considerado la moda un arte -Vionnet o Paul Poiret- mientras que para Chanel era un oficio y para otros como Jean-Paul Gaultier, es una revolución cultural.
En el arte contemporáneo, muchos artistas estelares no han podido sustraerse al diseño de moda, desde zapatos –como Zaha Hadid- hasta vestuario de ballets, teatro y óperas como Dalí, Picasso o Néstor Martín Fernández de la Torre entre otros. Sin embargo, conviene recordar que la creación de indumentaria y sus accesorios requiere de no pocas habilidades técnicas, conocimiento de los materiales, patronaje… que no suele ser de interés o del alcance de muchos artistas, salvo excepciones.


Fuentes para el estudio de la indumentaria

 
Es evidente que las fuentes esenciales para el estudio de la indumentaria son las propias piezas, conservadas en museos y colecciones públicas y privadas.
Hay una gran laguna en el conocimiento de las artes textiles e indumentaria antiguas porque son escasas las que nos han llegado. En el caso de España son pocas las piezas conservadas anteriores al siglo XVII. Las prendas requieren unas condiciones especiales de conservación debido a su fragilidad y por eso muchas no han sobrevivido al paso del tiempo.
Las fuentes iconográficas, es decir, las que nos aportan las imágenes como pinturas, mosaicos o esculturas son de vital importancia. La pintura nos permite apreciar el color, diseño, texturas, como los mosaicos o las representaciones en vidrieras o incluso en vasos cerámicos. La escultura nos aporta la representación en tres dimensiones del vestido.
Asimismo son importantes todo tipo de documentos –inventarios, testamentarías, cartas- conservados en archivos y bibliotecas.
Por último, pero no menos fundamental, la literatura -como ya apuntamos anteriormente -y el cine nos ofrecen referentes muy interesantes sobre el apasionante mundo de la indumentaria y la moda.
Finalmente, es importante reseñar que  cada vez son más frecuentes las exposiciones que fundaciones y museos dedican a la moda y sus complementos como la joyería. Se ha incrementado, además, de forma abrumadora el número y la calidad de libros y catálogos dedicados a estas materias así como los recursos en red.


BIBLIOGRAFÍA
 

ARNOLD, R. (2009): Fashion. A Very Short Introduction, Nueva York: Oxford University Press. 

ABAD-ZARDOYA, C. (2011): “El sistema de la moda. De sus orígenes a la postmodernidad”, Emblemata, nª 17, pp. 37-59. 

BOUCHER, F. (1967): Historia del traje en Occidente. Desde los orígenes hasta la actualidad. Barcelona: Gustavo Gili (GG moda). 

COSGRAVE, B. (2000): Historia de la moda. Desde Egipto hasta nuestros días. Londres: Octopus Publishing Group, Ltd. 

DEJEAN, J. (2008), La esencia del estilo. Historia de la invención de la moda y del lujo contemporáneo, Nerea.

GONZÁLEZ, M. et al (2014): Los gustos y la moda a lo largo de la historia. Valladolid:  Ed. Universitarias de Valladolid.

GRAU, F.-M. (1999):  Histoire du costume, Colección Que sais-je?, Presses Universitaire de France. 

GUTIERREZ GARCÍA, M.A. (2005): Literatura y moda: la indumentaria femenina a través de la novela española del siglo XIX. Universidad de Murcia. Disponible en https://www.um.es/tonosdigital/znum9/estudios/literaturaymoda.htm#_ftn1 

LIPOVETSKY, G. (2002): El imperio de lo efímero. La moda y su destino en las sociedades modernas. 8.ª ed. Barcelona: Anagrama. 

MOLINER, M. (1988): Diccionario de uso del español. Madrid.

RODRÍGUEZ GARABATOS, B., (2021): Emilia Pardo Bazán y la moda. A Coruña: Hércules de Ediciones.

SIMMEL, (ed.2014): Filosofía de la Moda. Madrid: Casimiro Libros.

TOUSSAINT-SAMAT, M. (1990): Historia técnica y moral del vestido. 1. Las pieles, Madrid: Alianza Editorial.

VV.AA (2019): “Moda. El arte de lo efímero”, Revista Litoral, nº 268. 

VV.AA. (2011): ”Moda, el poder de las apariencias”, Revista de Occidente, nº 366.  


RECURSOS EN RED

 
PENA, P. en Historia del Traje, “Introducción a la Indumentaria”. Disponible en http://historiadeltraje.blogspot.com.es/p/naturaleza-y-funcion-del-traje.html (Consulta: 1 de septiembre de 2022).


PENA, P. en Historia del Traje, “El surgimiento del traje anatómico y la aceleración de la moda en el vestir”. Disponible en http://historiadeltraje.blogspot.com/2011/02/el-traje-en-la-edad-moderna.html (Consulta: 1 de septiembre de 2022)
 

REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <https://dle.rae.es> (Consulta: 1 de septiembre de 2022).
 

ROSILLO, B. en Arte y demás historias, “La indumentaria según Balzac” . Disponible en https://barbararosillo.com/2020/05/08/la-indumentaria-segun-balzac/ (Consulta 25 de septiembre 2022)
 

Vestimos cultura. Google Arts & Culture. Disponible en https://artsandculture.google.com/project/we-wear-culture (Consulta: 24 de septiembre 2022) 


LISTA DE ILUSTRACIONES
 

Portada. Alonso Sánchez Coello, Retrato de Don Juan de Austria. 1559-60. Fuente de la imagen: Wikimedia.

Figura 1. Procede de la serie de Carle Vernet "Incroyables et Merveilleuses", 1793. Fuente de la imagen: Wikipedia dominio público.
Figura 2. Fuente de la imagen: Museo del Traje. 1750-1800
Figura 3. F. X. Winterhalter, Retrato de la emperatriz Eugenia de Montijo en vestido de gala  c. 1853. Museo de Orsay de París. Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público.
Figuras 4 y 5. Joaquín Sorolla, Emilia Pardo Bazán, c.1913 y el mismo autor retrató a don Benito Pérez Galdós, Casa-Museo Galdós en Las Palmas de Gran Canaria. Fuente de la imágenes: Wikipedia, dominio público.
Figura 6. Campaña de Peta contra el uso de las pieles, 1990. Fuente de la imagen:http://citizensluts.com/id-rather-go-naked-than-wear-fur-2/
Figura 7. Masaccio, La expulsión de Adán y Eva del paraíso, 1426-1428, alterado en 1680 con el añadido de las hojas y restaurado en 1980. Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público.
Figura 8. La femme du sans-culotte, estampa, Museo Carnavalet, c.1792. Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público
Figura 9. Detalle de Sans-culottes en armes, gouache de Jean-Baptiste Lesueur, 1793-1794, Museo Carnavalet.Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público.
Figura 10. Mujer de una tribu de Etiopía con escarificaciones en el pecho y el brazo izquierdo, expansiones en los lóbulos y plato labial. Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público.
Figura 11. Francisco de Zurbarán, Santa Casilda, c. 1635, Museo Thyssen de Madrid. Fuente de la imagen: Wikipedia, dominio público.
Figura 12. Portada de la revista francesa Les Modes de febrero de 1935. Fuente de la imagen: https://gallica.bnf.fr


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