Sea como fuere, bajo el nada modesto lema Cambiar el mundo con un vaso de flores podemos contemplar en el Instituto Italiano de Cultura de Madrid, en su decadente y bohemia sede del Palacio de Abrantes –que parece sacada de la película Il Gattopardo- una espléndida muestra de cerámica contemporánea con abrumadora presencia de diseñadores italianos.
A mí al menos, me ha encantado. Aunque no conviene generalizar, encuentro casi siempre al diseño italiano muy esteticista, creativo y original. Y en cerámica no es para menos.
Esta bienal, que por primera vez se presenta en España, surgió a mediados del siglo XX en una ciudad de fuerte tradición ceramista, Albisola (Liguria). El objetivo era frenar la crisis del sector cerámico mediante la cooperación entre los ceramistas y los diseñadores contemporáneos, potenciando además, las nuevas tecnologías. La cerámica así, podría convertirse en un medio esencial de difusión del arte actual. En esta muestra podemos contemplar los diseños cerámicos de veinte artistas de campanillas: Simone Berti, Alessandro Biamonti, Andrea Branzi, Linde Burkhardt, Fernando e Humberto Campana, Lorenzo Damiani, Paolo Deganello, Florence Doléac, Marco Ferreri, Alberto Garutti, Alexis Georgacopoulos, Martì Guixé, Pekka Harni, Corrado Levi, Hugo Meert, Alessandro Mendini, Donata Paruccini, Michelangelo Pistoletto, Adrien Rovero, Denis Santachiara, Paolo Ulian, Vedovamazzei, Alberto Viola, Luca Vitone.
Algunos ejemplos:
En esta pieza de Vedovamazzei, una flor traspasa el jarrón como una flecha a Cupido.
Lorenzo Damiani ha diseñado un jarrón-televisor high-tech con imágenes de flores digitales.
Donata Paruccini y su obra Pluvio, un juego vibrante entre el agua, a punto de derramarse, y su continente.
El ingenioso diseñador español Martì Guixè con su jarrón Surfvase. Dispone las flores no en el interior, sino en las paredes del jarrón, entre treinta y dos mangos agujereados y las cuerdas de cáñamo que lo envuelven.
Genial la obra de los hermanos Fernando y Humberto Campana. Fieles a su poética del reciclaje y la utilización de materiales de origen "povera", su obra es resultado de unir las tejas de terracota de producción industrial con médulas de junco entrelazadas artesanalmente.
Alessandro Mendini y sus Tres esferas, inspiradas en las formas ligeras de las pompas de jabón.
Andrea Branzi y sus Cocci (Lozas). Formalmente, nos remite a los vasos griegos mientras que su decoración es totalmente picassiana.
En la cerámica escultórica de Hugo Meert, hombrecillos moldeados en cerámica esmaltada trepan por las paredes del vaso cerámico.
El vaso minimalista de terracota Rosae de Paolo Ulian:
Planet B de Pekka Harni presenta una pieza en forma de nave espacial que recuerda a los Ikebanas japoneses.
El jarrón XLS de la diseñadora francesa Florence Doléac presenta forma de tubos que parecen hechos de cobre y se torsionan violentamente.
En especial, tengo que destacar la bellísima propuesta de Michelangelo Pistoletto, el artista otrora vinculado al Arte Povera que aquí nos muestra una instalación de 60 vasos-espejo recubiertos de platino. Se reflejan unos en otros, perdiendo sus contornos y asumiendo nuevas formas. Según leo en el folleto de la exposición, esta instalación “da forma al Nuevo Signo del Infinito como símbolo del Tercer Paraíso –el mito que inspira el cambio responsable de la sociedad y señala una nueva fase utópica de la humanidad durante la cual se realiza un punto de equilibrio entre el mundo artificial y el mundo natural, en la comunión de las diferencias".
Vamos, que nunca unos jarrones dieron para tanto. Y además, para cambiar el mundo. Pues amén.
IV Bienal de cerámica en el arte contemporáneo
Del 21 de enero al 21 de marzo
Instituto Italiano de cultura de Madrid (c/Mayor 86)
Horarios: de lunes a viernes de 10.00 a 18.00 horas (entrada gratuita)
http://www.iicmadrid.esteri.it/
Teléfono de información: 917589871
email: alessandra.picone@esteri.it