ACTIVIDAD
DE COMPRENSIÓN LECTORA Y DE CAPACIDAD DE SÍNTESIS.
LEE
EL SIGUIENTE TEXTO INTRODUCTORIO SOBRE EL ARTE Y LA ARQUITECTURA BARROCA (TEMA
11) Y CONTESTA EL CUESTIONARIO Y/O RELLENA LOS ESPACIOS EN BLANCO
1.¿Cuál es el principal ejemplo de arquitectura BARROCA
en Canarias?
2. El siglo XVII es denominado el SIGLO de ________ en Europa y
CULTURALMENTE en España se le llama el Siglo _________________
3.Los monarcas del siglo XVII en España fueron
___________, ______________ y ___________________. Fueron los últimos reyes de
la DINASTÍA ___________________________________
4. El ARTE BARROCO sucede al ________________ y va
antes del _________________. Forma parte de la EDAD o ÉPOCA _________________
5. ¿Quiénes fueron los principales MECENAS y
COMITENTES de la etapa BARROCA? __________________ y _________________________
6. En la formación del ARTE BARROCO fue esencial la
base religiosa que aportó ___________________________ frente al auge (o
desarrollo) de la ___________________, también llamada PROTESTANTISMO.
7. Son ejemplos de ciudades con ejemplos de
URBANISMO BARROCO: ________________, ____________________, __________________,
___________________
8. El MARCO GEOGRÁFICO del Barroco se extiende
por ________________________ e incluso
también por _________________________
9. La FACHADA de la Basílica de San Pedro del
Vaticano fue realizada por ____________________; la CÚPULA fue diseñada por
_______________________ y la PLAZA DE SAN PEDRO DEL VATICANO por
________________
10. Los dos principales ARQUITECTOS del Barroco
italiano fueron:
1.INTRODUCCIÓN
AL ARTE BARROCO. CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL
Denominamos
Barroco al complejo movimiento cultural que surge en Italia (concretamente en Roma) y se desarrolla en Europa en el
siglo XVII. El término barroco todavía suscita controversias. Para algunos, deriva
del idioma portugués y hace referencia a “perlas irregulares” y para otros
procede de un pintor italiano del siglo XVII llamado Barocci. En resumen, es un
vocablo ambiguo y equívoco. En
rigor, el arte barroco es el arte del siglo XVII. Su etapa final, a inicios del
XVIII se denomina Tardobarroco o
Barroco tardío. Sea como fuere, y aunque su fortuna crítica, es decir, la valoración que ha existido sobre este
movimiento cultural ha sido bastante negativa, por lo menos hasta su
reivindicación en el siglo XX, el Barroco supuso un esplendor incomparable en
todas las artes (Bellas Artes, artes decorativas, música, literatura…). De
hecho, se le ha llegado a considerar como un “segundo Renacimiento”.
El Barroco aparece
ligado a un determinado contexto
histórico-cultural: la Europa de las monarquías absolutas (como Luis XIV,
el Rey Sol francés) y de la ofensiva católica contra la Reforma Protestante (la
Contrarreforma). Es la etapa del Antiguo Régimen, Ancien Régime. Por lo tanto, va ligado al poder real y al poder de la Iglesia,
aunque también encontramos un importante desarrollo del arte barroco en países
mayoritariamente protestantes como Holanda[1].
En general, el
siglo XVII es un siglo de crisis
(demográfica, económica –catástrofes climáticas, malas cosechas, peste…-). En
esta etapa hubo varias guerras como la Guerra
de los 30 años (1618-48) que empezó como conflicto religioso y terminó
siendo una lucha por la hegemonía europea (tensiones entre naciones católicas-protestantes).
Se le denomina “el Siglo de Hierro”.
España, hasta entonces, la más poderosa nación, ve declinar su imperio,
mientras que Francia experimenta un
gran esplendor (l´Âge Classique) como
Holanda, por aquel entonces, la
primera potencia comercial del mundo.
Culturalmente, es una época apasionante, de
esplendor (música, pintura, escultura, arquitectura, literatura…), y de
desarrollo de la ciencia. Las letras y el arte españoles
alcanzaron en esta etapa uno de los momentos más sobresalientes de su historia[2].
Es el Siglo de Oro español, a
caballo entre el siglo XVI y XVII.
A lo largo de
esta centuria reinaron en España los tres últimos monarcas de la Casa de
Austria en una etapa de una tremenda crisis económica y política: Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II (1665-1700).Todos ellos
entendieron como deber prioritario de sus respectivos mandatos la defensa del
Catolicismo.
Los principales mecenas y comitentes de esta etapa fueron el poder político –los Reyes y
aristócratas- y el poder religioso, la Iglesia católica, concretamente el
papado y algunas órdenes religiosas. En los países protestantes también serán
los comitentes una pujante burguesía. [3]
Para el surgimiento del
estilo barroco fue esencial el llamado
Concilio de Trento. Fue un concilio de la Iglesia católica desarrollado en periodos
discontinuos durante veinticinco sesiones entre el año 1545 y el 1563. Tuvo
lugar en Trento, en el norte de Italia. Dió lugar a lo que se llama la
Contrarreforma: fue la
respuesta de la Iglesia de Roma a la reforma
protestante de Martín Lutero. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia
y evitar el avance de las doctrinas protestantes. Durante este Concilio se
analizó la importancia del arte como
vehículo para la transmisión de la religiosidad católica, es decir, como propaganda religiosa. De él, emanaron,
por lo tanto, indicaciones sobre cómo debían ser las obras de arte, su
iconografía, mensaje… siempre sobre la base de despertar en el espectador la religiosidad. De ahí que la Europa
católica se llene de iglesias, y sus pinturas y esculturas de santos y
temáticas alusivas a los signos específicos de la religión católica como el
sacramento de la Eucaristía. Es decir, a través del arte se intentaba subrayar
lo católico frente a lo protestante. Y es que los protestantes no eran
partidarios de las imágenes en sus iglesias tanto si son esculturas como
pinturas.
El arte
barroco surge en Italia y se difunde
por todo Europa llegando también
hasta Hispanoamérica.
2. LA ARQUITECTURA BARROCA
La ciudad es el marco de la cultura
barroca[4].
El barroco es la Europa de las capitales. El urbanismo barroco da muestras de gran teatralidad a mayor gloria siempre de la monarquía absoluta o la
Iglesia. Buscan el esplendor
fastuoso, lo teatral y escenográfico, el sorprender al espectador, creando
grandes perspectivas deslumbrantes.
Se levantan
templos, palacios, se organizan fiestas en
las calles con arquitecturas efímeras, y se montan deslumbrantes fuegos de
artificio; se construyen arcos de triunfo, cortejos espectaculares, se
engalanaban los balcones…
Roma es sobre todo la “ciudad espectáculo” típica del Barroco.
Cabeza del mundo católico, emerge con enorme vitalidad ya a finales del siglo
XVI, durante el papado de Sixto V.
El Papa Sixto V y su arquitecto Doménico
Fontana sientan las bases de la Roma barroca: las siete grandes basílicas recorridas por los peregrinos
fueron unidas por largas y anchas avenidas
y ante ellos se levantan plazas con
obeliscos egipcios, a modo de gran escenario
con la fachada de la iglesia como telón. Se difunde y mejora la ingeniería e higiene (canales…) Se embellece además
la ciudad con diversas fuentes monumentales. En este contexto se abordó la
realización de *la plaza de San Pedro del
Vaticano y la finalización de su basílica.
Las plazas se convierten en
centros de referencia urbano, dominadas por un edificio principal (una iglesia,
un palacio). Serán decoradas con fuentes, obeliscos, estatuas y planificadas
urbanisticamente para crear perspectivas impresionantes. Entre las plazas barrocas de Roma
destacan, la *Piazza del Popolo, y la
bellísima *Piazza Navona, un antiguo
circo romano de la época de Domiciano (86 d de C). Adquirió durante el Barroco
su fisonomía actual. Es un espacio muy apto para el paseo y las fiestas
públicas (torneos, máscaras…).
Por lo que se refiere a las características generales de la arquitectura podemos destacar que
vamos a encontrar un gran desarrollo de la arquitectura
religiosa y civil (iglesias y palacios fundamentalmente). Y es que los mecenas y comitentes de la arquitectura barroca van a ser fundamentalmente
las órdenes religiosas y el papado así como la nobleza (los Borghese, Ludovisi,
Barberini, Pamphili, Chigi, Rospigliosi, Alteri, Odescalchi y otros más que
siguen la estela de los Medici, los Borgia, etc) y los monarcas absolutos del siglo XVII.
El
punto de partida de la arquitectura barroca es la ruptura del equilibrio
clásico, ya perceptible en el
Manierismo.
La arquitectura barroca fue concebida para generar un ilusionismo sensorial que
cautive y emocione. El sentido rítmico de las fachadas y
muros, con efectos dinámicos, se logran por medio de curvas y contracurvas, frontones que se parten, entablamentos que
se incurvan, gusto por el juego entre lo cóncavo y lo convexo, los juegos de
luces y sombras… En cuanto a los materiales
dan gran importancia al color y la textura con la finalidad de producir una
impresión de riqueza y ostentación. Son
habituales los mármoles, piedra, ladrillo…
todo bellamente decorado para dar mayor sensación de lujo, calidad,
ostentación.
Utilizan el orden gigante, las columnas salomónicas y los entablamentos
curvos. La arquitectura se funde con el resto de las artes (pintura,
escultura…) como un todo perfecto. Es la búsqueda del arte total.
En las
iglesias destacamos las jesuíticas,
son fachadas de dos cuerpos con aletones
–inspiradas en Sta. Maria Novella de Alberti- y
una nave con capillas laterales.
La cubierta predominante en el barroco
será la cúpula. La
cúpula, uno de los máximos logros renacentistas seguirá utilizándose en su
apariencia externa, pero su interior se utilizará como espacio para disponer un torbellino de figuras que pintadas sobre
ella parecen ascender al infinito. La pintura al fresco, junto con toda
suerte de estucos y dorados que
crearán una ilusión espacial nueva cobran un nuevo empuje. En las pinturas de
las cúpulas destaca el empleo de trampantojos (trompe l´oeil).
Los muros pierden el sentido plano y se
curvan dejando de cruzarse en ángulo recto, buscando todo tipo de perspectivas
y efectos luminosos.
En la
arquitectura barroca abunda la columna
tanto como elemento sustentante como ornamental.
En líneas
generales los elementos constructivos están subordinados a los ornamentales. Los arcos son muy variados y predominan los de medio punto. Hay
abundancia de nichos y hornacinas y
muchos vanos presentan forma ovoide
(oculi) enmarcados.
Las plantas en las iglesias son muy
variadas. Aunque se mantiene la tradicional planta
rectangular (planta jesuítica), aparecen las plantas elípticas,
circulares y mixtas.
El afán efectista acabó provocando que se diera
la misma importancia al exterior de un edificio y a sus entornos inmediatos que
a su interior. En definitiva, buscan formas dinámicas y expresivas, efectos
teatrales e ilusionistas, la interacción de todas las artes: es el arte total.
Italia se pondrá a la cabeza de las manifestaciones
arquitectónicas, Francia será la
creadora del palacio barroco y su interés por los espacios lúdicos se plasmará
en maravillosos jardines poblados de fuentes y estatuas y España, a pesar de la pobreza de materiales empleados, destacará
por su exuberancia decorativa.
Durante la
etapa el Barroco, Roma vivió una
gran renovación y afán constructivo. Junto a las grandiosas obras de San
Pietro, y a su alrededor, por toda Roma proliferaron palacios y villas suburbanas, capillas, fuentes monumentales, etc.,
erigidos a costa de las grandes familias de la aristocracia de Roma. Y todo con
el transfondo de la Contrarreforma,
a mayor gloria del catolicismo.
Italia:
Gian Lorenzo Bernini y Borromini
Entre todos los grandes
arquitectos italianos del barroco destacan Gian
Lorenzo Bernini y Francesco
Castelli, llamado Borromini. El
gran arquitecto Gian Lorenzo Bernini era también escultor, arquitecto, escenógrafo, pintor y dramaturgo. Fue muy
admirado, un artista de éxito. Nacido en Nápoles (1598-1680), era hijo del
también escultor Pietro Bernini. Educado por los jesuitas, fue un devoto católico. La mayor
parte de su vida transcurrió en Roma. En la “ciudad eterna” encontraría a sus
principales mecenas, el cardenal Scipione Borghese,
y también el papado (Urbano VIII de
la poderosa familia Barberini, el Papa Alejandro VII Chigi, etc.) Su obra
refleja el espíritu barroco de la Contrarreforma. Fue nombrado arquitecto de
San Pedro. La Basílica de
San Pedro del Vaticano aún no había concluido en el siglo XVII,
convocándose en 1607 un concurso para su finalización. Maderno será el elegido, viéndose obligado a retomar el esquema
basilical. Con el máximo respeto a la obra de Buonarroti, añadió la nave
longitudinal a la planta de cruz griega planteada por Miguel Ángel. Maderno
levantó una fachada de desarrollo horizontal con orden gigante, manteniendo la
baja altura para poder contemplar la cúpula.
Sin duda alguna, la plaza de San Pedro del
Vaticano es la obra maestra de Bernini. Responde al gusto barroco
por crear plazas y grandes perspectivas. Supone la culminación de la basílica
-iniciada en pleno Renacimiento y terminada en el Barroco- y además responde a
la necesidad de un lugar donde pudiera congregarse la multitud de fieles y
recibir las bendiciones del Papa. Fue un encargo del Papa Alejandro VII en 1656. Toma como eje el centro
de la basílica. Esta explanada es un inmenso espacio abierto compuesto de dos
plazas contiguas, la primera trapezoidal
y la segunda oval. Así, logra
una perfecta simbiosis entre la plaza recta y la elíptica. El espacio elíptico
está delimitado por una columnata de dos
brazos que no llega a cerrarse en el extremo opuesto a la fachada de la
basílica. Bernini consigue crear un gran espacio para albergar a los files para
que desde cualquier ángulo puedan ver al Papa. Simbólicamente representa un gran abrazo para recibir a los
peregrinos. La columnata toscana que
delimita la plaza oval consta de cuatro hileras de columnas gigantes. Casi 300
columnas que sostienen el entablamento sobre el que corre una balaustrada y en
el que descansan estatuas de santos, obra de los discípulos de Bernini. En el
centro de la plaza oval se colocó un obelisco egipcio procedente de la spina
del circo de Nerón, que dificulta la visión frontal
de la fachada basilical, en un juego muy propio del barroco como es el obligar
al espectador a buscar distintos puntos de vista. El obelisco[5],
a su vez, es el centro del eje transversal de la plaza oval. Es una plaza
dotada de un sentido muy escenográfica y teatral. El uso
de columnas con balaustradas y estatuas nos recuerda a Palladio en el Teatro Olímpico de Vicenza (Italia).
Bernini
intervino también en otras empresas
arquitectónicas y urbanísticas de Roma como *la fuente de los Cuatro Ríos
en la Piazza Navona (c. 1650) o la *Iglesia
de San Andrés del Quirinal[6],
también en la ciudad eterna, así como la famosa *fuente del Tritón.
Fuente del texto y la imagen: profesor Jesús Vicente Patiño Puente
Francesco
Borromini
FRANCESCO BORROMINI (Bissone 1599-Roma, 1667) es el
contrapunto a Bernini. Su verdadero apellido era Castelli pero en Roma decidió utilizar
el de Borromini, por su parentesco con la poderosa familia Borromeo. Escultor y arquitecto
atormentado, obsesionado con la perfección, su carácter melancólico y libre
marcó su vida y su obra.[7]
Contó con el mecenazgo de órdenes
religiosas que no eran muy boyantes económicamente. También tuvo el apoyo de
algunos comitentes cultos y abiertos de miras como el cardenal Spada.[8]
Fue cantero en las obras de la catedral
de Milán, antes de trasladarse a Roma en 1619, donde trabajó en el taller de su pariente Carlo
Maderno, quien lo introdujo en el mundo de la arquitectura romana al
tomarlo como colaborador para la realización de diversas obras. En Roma llegó a
trabajar como asistente de Bernini con quien mantendrá una enemistad que
duraría toda su vida.
Borromini dejó
a la posteridad su obra teórica Opus
Arquitectonicum, pero buena parte de sus escritos fueron destruidos por
él mismo antes de su muerte. Daba especial relevancia a la plena libertad de diseño, negándose a "copiar"
características u elementos estilísticos en sus proyectos. Su obra
arquitectónica –marcada por su profunda religiosidad- resulta sumamente
original, sin precedentes claros, salvo la influencia parcial de Miguel Angel,
a quien el arquitecto admiraba. Dominaba la técnica y se mantuvo constante en
su deseo de aprender.[9]
Propuso soluciones más insólitas que Bernini, dentro de una manifiesta ruptura
con la tradición, donde domina la
fantasía y el uso de elementos simbólicos. Realizó iglesias de pequeñas dimensiones
y materiales modestos pero de gran belleza. Su fantasía creativa e innovadora
le lleva a crear elementos nuevos
como capiteles con las volutas al revés, a ondular con continuas curvas y
contracurvas, con elementos cóncavos y convexos las fachadas y los
interiores. Transgrede totalmente el clasicismo, creando nuevas proporciones y
motivos ornamentales pero eso no impidió que a lo largo de su carrera las referencias clásicas sean constantes, así como las medievales (góticas sobre
todo) y renacentistas.
Cuando
Bernini triunfaba ya como arquitecto y empezaban a desplegarse las formas del
Barroco, Borromini recibió su primer encargo en solitario: el
conjunto de San Carlos de las Cuatro Fuentes (1638-1667), llamada también San Carlino (Roma).
Consta de monasterio, claustro (1635-37) e iglesia (1638-41). Fueron ubicados
en un reducido espacio irregular. Fue un encargo
de los monjes trinitarios descalzos españoles dedicado al santo italiano
San Carlos Borromeo. Está iglesia está hecha de piedra, ladrillo y estuco.
Presenta planta centralizada, elíptica
–en forma de cruz griega alargada, adquiriendo una forma romboidal -y capillas
radiales. Los muros se curvan al
interior y al exterior con elementos cóncavo-convexos. Incluso los
entablamentos y las cornisas se curvan. No encontramos líneas
rectas en todo el edificio; plasticidad y movimiento impregnan toda la obra. La cubierta es una cúpula oval con pechinas, decorada con casetones
octogonales. Por lo que se refiere a la fachada está estructurada en
dos
pisos de columnas con sus entablamentos pero utilizando
el orden gigante. El conjunto está dividido por tres vanos: en el piso bajo, uno central convexo y dos extremos
cóncavos, unidos por un entablamento interrumpido. En la parte superior
aparecen tres vanos cóncavos y un medallón ovalado que sostienen ángeles. Los frontones son curvos, y toda la fachada
se ondula, incluidos los entablamentos y las cornisas. Los muros rompen la
línea recta e inventa formas nuevas para los capiteles y los ornamentos en
torres y cornisas. Todo ello le da una apariencia
elástica al edificio rompiendo el lenguaje clásico. Esta plasticidad en la
fachada produce la sensación de movimiento y la luz incide en ella produciendo
efectos de claroscuro. El edificio está
diseñado dentro de un espacio urbano teniendo en cuenta los diferentes puntos
de vista desde los cuales puede ser visto. El efecto se remata con la
incorporación de fuentes en las
cuatro esquinas del edificio. El interior
de esta iglesia es uno de los más bellos y originales de todo el Barroco. Hay una coherencia total
entre planta, alzado y cubierta demuestran la continuidad orgánica de la obra
borrominesca. En conclusión, en esta obra se aprecia su alto dominio de la
técnica, su desbordante fantasía formal y su visión trágica de la vida. Con su
ingeniosa solución creó uno de los mayores hitos de la arquitectura barroca.
Otras obras de
Borromini: la iglesia de *San Ivo della
Sapienza (1642-1660). Presenta una linterna con forma en espiral que está
rematada por una llama. La fachada tiene forma
de curva cóncava. Borromini también realizó el *Oratorio de los Filipenses (1637), la *iglesia de Santa Inés (1653-1661), realizó la decoración interior
de la basílica de San Juan de Letrán (1646) y el *colegio Propaganda Fidei (1647-1664). Entre sus obras civiles son dignas de mención la *Columnata del Palacio Spada (1632) y la
fachada posterior y la rampa del *Palacio
Barberini.
Santa Inés
Palacio
Spada
San Ivo de la Sabiduría
Otros arquitectos italianos del siglo XVII en Roma,
Pietro de Cortona (Sta. María della Pace); en Venecia (Sta. María de la Salud) de Baldassare
Longhena; y en Turín el arquitecto Guarino
Guarini.
Francia:
el palacio de Versalles
El arte barroco del siglo XVII en Francia prefiere ser llamado por los
propios franceses como arte clasicista.
En este tipo de arquitectura predomina la claridad, el orden y la serenidad
frente a lo recargado y lo retórico. En esta etapa la arquitectura está al
servicio del Absolutismo monárquico. Se construyen numerosas iglesias y
palacios. El palacio se convierte en
el edificio más emblemático del barroco francés: son edificios de planta en
forma de U, grandes dimensiones, y con marcada horizontalidad. Presentan,
además, geométricos jardines y escultóricas fuentes.
Junto a Louis le Vau y Le Notre, Mansart proyectó el conjunto palaciego
de Versalles
(Versailles) para el rey Luis XIV.
Este palacio se convertirá en el epítome de palacio barroco por excelencia y
será fuente de inspiración para
palacios europeos durante siglos (en Austria, Alemania, Rusia…) influyendo en España en el
palacio de la Granja de San Ildefonso en Segovia (rey Felipe V, nieto de Luis
XIV, dinastía Borbón, siglo XVIII).
El Palacio de
Versalles se edificó sobre un antiguo pabellón de caza del rey Luis XIII, aunque será Luis XIV, el rey Sol quien lo ampliará hasta configurarlo como el
ejemplo más acabado y perfecto de palacio barroco. Se construyó en varias
etapas durante la segunda mitad del siglo XVII. Se basa absolutamente en el
palacio de Vaux-le-Vicomte cuyo
dueño fue el poderoso ministro de finanzas Fouquet. La decoración de interiores
oscila entre el barroco, Rococó y Neoclasicismo –ya en el siglo XVIII-. La
estancia más emblemática es la Galería
de los espejos, un largo pasillo que ocupaba toda un ala lateral del
Palacio y que enlazaba las habitaciones del rey y de la reina. De lujo exquisito,
conservaba muebles de plata, espejos, hornacinas con esculturas, bóvedas con pinturas, lámparas
etc.
El palacio es
un retrato simbólico del monarca Luis XIV. Es una obra propagandística a mayor gloria de este rey que se parangona o
compara con el dios Apolo, dios de la belleza y el arte. De ahí que el símbolo
solar alusivo al Rey y a este dios se encuentre en todo el palacio, así como un
sinfín de referencias mitológicas de origen grecorromano. Los jardines de Versalles son
espectaculares, son un elemento esencial del palacio y responden al esquema
prototípico de jardín francés: muy geométricos. En él se integran numerosas fuentes
y esculturas de carácter
mitológico y simbólico, siempre a mayor gloria de Francia y su monarquía
representada en el Rey Sol.
España
Al igual que ocurre en el resto de las artes, el
Barroco arquitectónico tendrá en España un carácter fundamentalmente religioso y monárquico. También la Contrarreforma
va a dictar el estilo en la construcción de edificios. En consecuencia, la
arquitectura barroca española va a
ser fundamentalmente religiosa, reflejo del poder de la Iglesia en esta etapa.
Se van a construir numerosas iglesias y conventos –a Madrid se la llegó a
denominar “ciudad conventual”[10].
La arquitectura
civil tuvo un desarrollo bastante menor que la eclesiástica. La falta de
recursos y el descenso de población en muchas ciudades, abandonadas también por
las familias nobles que emigraban a la corte, motivaron que este tipo de
actividad fuera muy poco relevante o casi inexistente en amplias zonas de la
geografía española. Sólo Madrid
escapó a esta situación por su condición de capital, y además reciente. El
aumento de población, el asentamiento de la nobleza, las necesidades generadas
por la corte y el deseo de dotarla de una imagen representativa por parte de la
monarquía favorecieron el auge de las construcciones de carácter civil. Arquitectura doméstica, edificios públicos
y residencias palaciegas fueron realizados en número importante a lo largo
del siglo. La construcción del palacio del Buen Retiro es uno de los principales ejemplos de las obras
emprendidas por los reyes en este período. En general, los exteriores eran
monumentales, pero muy sencillos, en contraste con la riqueza de obras de arte
que ornaba los interiores. La arquitectura barroca va a tener una gran difusión
en España. Son relevantes del barroco español son, entre otros muchos: la
fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela (Galicia); las
plazas mayores de Madrid y Salamanca; la catedral de Murcia, etc.
En el levante español, en
la ciudad de Murcia se levanta una catedral sobre la antigua mezquita de la
época de Al-Ándalus. Los orígenes de esta iglesia son góticos de los siglos XIV
y XV. La construcción de esta iglesia abarca varias centurias por lo que en
ella podemos encontrar diversos estilos artísticos como añadidos platerescos –la puerta de las
cadenas- del siglo XVI y barrocos de los siglos XVII y XVIII. En especial
destaca la capilla gótica de los Vélez, rica en motivos ornamentales
(heráldicos, etc) y con una bellísima bóveda de crucería estrellada.
La catedral presenta planta de cruz latina, tres naves y
girola, con capillas alojadas entre los contrafuertes. El templo se ha visto
afectado en numerosas ocasiones por las crecidas del cercano río Segura,
especialmente la sufrida en 1733 cuando el agua perjudicó de tal manera los
cimientos de la fachada que tuvo que levantarse la actual, obra de Jaime Bort. La fachada de la
catedral de Murcia, de 58 metros de altura, es una de las mejores creaciones del
barroco español. Se terminó en 1754.
La fachada sustituye a una renacentista. La actual, barroca, fue diseñada por
Bort, destacando la magnificencia del conjunto, presidido por una monumental
estatua del apóstol Santiago que hubo de sustituirse por un terremoto. La
fachada presenta dos cuerpos
articulados por columnas corintias, marcando un acentuado dinamismo ascensional el segundo gracias a su perfil. En la parte
central se abre una concavidad en forma de exedra. Los espacios de las portadas
laterales quedan rehundidos, creando un sensacional juego de planos en
profundidad con lo que se consigue un magnífico efecto de movimiento. La
ligereza y elegancia de la decoración que enmarca ventanales, hornacinas y
vanos de acceso es otro de los elementos claves en la suntuosidad del conjunto.
Esta espectacular fachada nos recuerda las de Borromini, como su iglesia de Santa
Inés de Roma. La Torre es otro de los elementos más significativos de la
catedral.
La
arquitectura barroca en Canarias
La
arquitectura barroca en Canarias presenta
ecos mudéjares (en los artesonados) e influencias andaluzas. Guarda un estrecho
paralelismo con el arte portugués e hispanoamericano de esta etapa.
Particular interés tiene el retablo barroco, presente en numerosísimas iglesias
canarias.
Entre todos
los ejemplos de la arquitectura barroca canaria destaca la Iglesia de la Concepción de
La Orotava (Tenerife). Se encuentra en el casco histórico de la Orotava que presenta un gran interés
artístico cultural. La fachada presenta dos torres campanarios, de 24 metros de altura. La iglesia presenta cimborrio sobre el que se eleva una
imponente cúpula sobre tambor que se
erige como símbolo iconográfico del templo con una linterna de estilo
neoclásico. En el interior, las tres amplias naves están determinadas
por columnas de base jónica,
coronadas por capiteles de estructura corintia, todos diferentes en
ornamentación.
Otros ejemplos del barroco en Canarias, concretamente en Las Palmas de Gran Canaria son la iglesia de San Francisco de Borja (Jesuitas), la iglesia de San Francisco de Asís, la ermita de San Telmo, etc.
El
barroco en Hispanoamérica
El Barroco se extendió por toda
Hispanoamérica llenando las nuevas capitales coloniales de edificios como
ermitas, iglesias, ayuntamientos y catedrales a imagen y semejanza de los
construidos en las metrópolis. Se
planificaron ciudades siguiendo el esquema en damero –de influencia grecorromana-. Disponían en el centro en la
plaza mayor, llamada plaza de armas los edificios más emblemáticos de la
ciudad, como la catedral o el palacio virreinal. Un ejemplo de esta
planificación perfecta, en cuadricula, es la ciudad de Antigua en Guatemala.
Entre las
plazas de armas más impresionantes destacan la Plaza Mayor de Lima, la de Bolívar de Bogotá, o la Plaza de la Constitución (El Zócalo) de
Ciudad de México, con su
espectacular catedral y su Puerta del Sagrario, puramente barrocas. Por lo
general, el Barroco en América se caracterizará por su tendencia hacia la exuberancia decorativa, con total horror vacui.
[1] Frente a este término,
barroco, vamos a encontrar otros como “barroquismo”
o “barroquizante” que hacen referencia a constantes históricas que se repiten
habitualmente en las etapas finales de todos o casi todos los estilos o ciclos
artísticos y que aluden al recargamiento ornamental extremo de las últimas
etapas de los estilos (ej. arte helenístico, gótico final, etc.). Es “lo barroco” como categoría estética.
[2] La coincidencia entre los
planteamientos ideológicos y las intenciones del nuevo lenguaje barroco, y las
necesidades y sentimientos españoles, hicieron posible esta brillante etapa. Incluso cuando
llegaron las fórmulas italianas ya se estaban dando en nuestro país los
primeros pasos en la nueva dirección. Fue el siglo de la publicación del "Quijote" de Cervantes, de las
obras de Góngora y Quevedo, de Lope de Vega, de Tirso de
Molina y Calderón, de Gregorio
Fernández y Martínez
Montañés, de Ribera, Velázquez, Zurbarán, Murillo, Claudio
Coello...
[3] En el caso de España la
sociedad del Antiguo Régimen se caracterizaba por la profunda división en
estamentos. Desgraciadamente en nuestro país el menosprecio del comercio y del
trabajo manual no sólo contribuyó al hundimiento económico del país, sino que
también impidió el desarrollo de una burguesía emprendedora. Era una época
marcada por la idea de la honra, el honor y las “apariencias” como tan bien
refleja la literatura de la época.
[4] Ciudades europeas que
conservan ejemplos de urbanismo barrio barroco son: Praga, Roma, Paris, Roma,
Madrid,…
[5] La presencia del obelisco es en memoria del martirio
de San Pedro en el Circo de Nerón. Se le dice el “testigo mudo” pues
junto a éste se crucificó a Pedro. Labrado en granito, su altura original era
de 25'5 metros, pero con la peana sobre la que descansa y el remate de una
cruz, alcanza los 40.
[6] La iglesia de San
Andrés del Quirinal (1658) de planta
elíptica, con el eje mayor paralelo a la puerta, en la fachada un pórtico con
un entablamento curvo y volutas que sostienen el escudo de la familia papal.
Además proyectó la fachada principal del Palacio Barberini, la iglesia de
Castelgandolfo, la escalera Regia del Vaticano y el palacio Odeslcalchi. El
prestigio de Bernini hizo que viajara a Paris para discutir el diseño del
Palacio del Louvre, si bien sus proyectos no son aceptados la influencia de
Bernini es evidente. En Francia construyó la capilla funeraria para los
Borbones en Saint- Denis entre otras
obras.
[7] Se cree que se suicidó con
una espada.
[8] Para este mecenas realizó
la remodelación de su palacio Spada en Roma.
[10] La precaria situación económica
se dejó sentir en la arquitectura, la más necesitada entre las tres
grandes artes de recursos monetarios para financiar la actividad constructiva.
La actividad constructiva se vio, en general, afectada por la falta de recursos: materiales pobres,
lentitud en los trabajos, interrupciones y demoras...